La mayoría de chipriotas prefiere abandonar la moneda única antes que aceptar una quita sobre sus depósitos, tal y como exige el Eurogrupo para rescatar al país de la quiebra. De hecho, algunas figuras políticas de Chipre hablan ya abiertamente de esta posibilidad. Hasta tal punto es así que ni siquiera la troika descarta esta opción y comienza a discutir posibles efectos y medidas para afrontar la salida del euro por parte de Chipre, rememorando así los momentos más tensos de la reciente crisis de Grecia, con la particularidad de que se ha decretado un corralito financiero por primera vez en el seno de la zona euro.
Según las últimas encuestas, el 91% de la población chipriota apoya la decisión de su Parlamento de rechazar las quitas sobre los depósitos. Asimismo, algo más de un 67% está a favor de salir del euro y reforzar sus relaciones políticas y económicas con Rusia. Es decir, la mayoría de la población prefiere abandonar la moneda única antes que sufrir pérdidas en sus depósitos. El problema de este posicionamiento es que, tal y como reconoció el presidente de Chipre, Nicos Anastasiades, el pasado sábado, la quiebra del país y su salida del euro implicaría pérdidas superiores al 60% para los depósitos de más de 100.000 euros y "una devaluación de la moneda nacional de por lo menos el 40%".
Y al igual que la mayoría de la población opta por esta vía, algunos destacados políticos chipriotas comienzan a apoyar dicha posibilidad. Así, por ejemplo, el ex candidato presidencial socialista Giorgos Lillikas ha sugerido que Chipre prefiere salir del euro antes que imponer pérdidas a sus depositantes. "Espero que nuestros socios no nos estén pidiendo elegir entre el suicidio y el abandono del euro", señala este jueves a la cadena Skai TV. "De ninguna manera nos vamos a suicidar", advierte. En tal caso, a modo de amenaza solapada, no ha dudado en señalar que "si un país, por pequeño que sea, sale de la zona euro, el euro colapsará".
Por su parte, Mavrides Marios, un miembro de la oposición conservadora, afirmó el martes que "si no se llega a una solución pronto, habrá que volver a imprimir libras chipriotas y abandonar el euro".
En las últimas horas, tras el rechazo del Parlamento de Chipre a las condiciones del rescate, Nicosia barajas varias alternativas para evitar las quitas a los depósitos con el objetivo de recaudar por sus propios medios los 5.800 millones de euros que exige el Eurogrupo a cambio de una ayuda de 10.000 millones, desde crear un nuevo fondo público hasta acordar con Rusia un plan de asistencia adicional.
La troika y, en particular, el Banco Central Europeo (BCE) se mantienen firmes en su intención de no aportar dinero extra para salvar a la banca chipriota y, por ende, a muchos oligarcas rusos. El BCE ya ha advertido claramente que dejará de financiar a la banca chipriota a partir del próximo lunes en caso de que Nicosia no logre acordar un rescate con la UE, lo cual provocará el colapso bancario del país y su posible salida del euro.
Esta opción ya está incluso siendo barajada por los miembros del Eurogrupo. En una reunión por teleconferencia mantenida el miércoles, en la que no participó Chipre, los ministros de Finanzas de la zona euro admitieron estar en un "lío" y no descartaron la posibilidad de imponer estrictos controles de capital para aislar la región en caso de que Chipre acaba saliendo del euro. "Nunca hemos visto esto", admitió a Reuters un miembro de la delegación francesa conocedor del contenido de la reunión.
Si no hay acuerdo y el BCE corta el grifo, Chipre sufrirá un colapso bancario y se verá obligado a abandonar la moneda única. El Eurogrupo discutió la posibilidad de preparar planes de contingencia para aislar financieramente a la región para evitar el contagio al resto de la zona euro, sobre todo, a Grecia, cuya banca está muy ligada a la chipriota. Es decir, en Bruselas se habla abiertamente de imponer estrictos controles de capital ante la temida caída de Chipre.
En este sentido, el analista Marc Chandler, jefe global de divisas en Brown Brothers Harriman, advirtió el miércoles de que "el euro podría recibir un golpe muy duro, porque si la situación de Chipre no se resuelve, probablemente, tendrá que salir de la zona euro". Si bien es cierto que su economía apenas representa el 0,2% del PIB de la Unión Monetaria, con poco más de 17.000 millones de euro, en este caso "el tamaño no es el factor clave", tal y como muestra el caso de Tailandia en 1997, un pequeño país que provocó la crisis financiera asiática.