Un político que culpa a los políticos de la crisis. Sí, es algo inesperado y casi podríamos decir que inédito, pero eso es lo que ha hecho Ignacio González este viernes por la mañana en Madrid. En un acto con empresarios, convocado para presentar el informe de CEIM Una administración ligera para la empresa del siglo XXI, González ha dejado su diagnóstico sobre cómo hemos llegado a la actual situación y cómo saldremos de ésta. Y, al contrario de lo que suele ser habitual en sus compañeros de profesión, que culpan al "neoliberalismo", a los "mercados", a la "avaricia" o, directamente, al "capitalismo", ha puesto el dedo en la llaga del intervencionismo: "No hemos llegado a la crisis por un exceso de libertad. Lo que necesitamos es más emprendimiento y menos dirigismo".
De hecho, González ha querido sacar pecho y ha puesto como ejemplo a su propia región de cómo adoptar políticas de reducción del gasto público y apoyo a las empresas dan resultados: "Madrid es la comunidad menos endeudada de España, con siete puntos menos que la media", según los últimos datos publicados también este viernes por el Banco de España. Y eso, lo que ha provocado, en opinión del presidente de la Comunidad es que se haya convertido "en la primera economía" del país, "superando a Cataluña". González ha recordado que "Madrid es la región que menos se ha endeudado en los últimos años en tiempo de crisis" y que eso significa que están avanzando "en la dirección de no lastar a la sociedad, a los empresarios" y en "hacer los deberes para conseguir que la actividad económica se regenere cuanto antes" para generar "confianza, prosperidad y empleo".
Delante de una nutrida representación de empresarios madrileños, González se ha comprometido con el lema de la publicación "La Comunidad de Madrid: región europea de mayor dinamismo empresarial en 2015" y lo ha asumido como propio. El camino "pasa por menos regulación y menos burocracia". En opinión del presidente, hay que recuperar los valores que "permitieron a España" alcanzar a los países desarrollados: "trabajo, esfuerzo, creatividad y competitividad", es decir, los propios de empresarios y trabajadores que, al fin y al cabo, son los que crean "empleo y riqueza".
En este sentido, González ha asegurado que los poderes públicos deben ser los que faciliten que el sector privado genere riqueza, dotándole de un marco legal estable y no intrusivo, que favorezca las inversiones y el cumplimiento de los contratos: "Cuando las administraciones gastan más de lo que ingresan y se dedican a lo que no les corresponde, acaban ignorando las labores que les son propias, proteger las libertades, garantizar la libre competencia y consolidar la seguridad jurídica".