Así, lo ha avanzado el consejero delegado de Iberia, Rafael Sánchez-Lozano, en una conferencia con periodistas, en la que ha evitado cuantificar el coste final del ajuste, pese a reconocer que "será más caro" que el plan inicial que pretendía la compañía aplicando la reforma laboral, para el que provisionó 200 millones de euros.
"El acuerdo está en el buen camino para hacer de Iberia una compañía viable y competitiva, aunque no culmina lo que pedía la compañía", señaló, para indicar que requerirá "un esfuerzo importante", ya que las reducciones salariales y de costes planteadas no son suficientes.
Con su plan de reestructuración inicial, que implicaba 4.500 despidos, Iberia buscaba ahorrar unos 600 millones de euros –450 millones de la reducción de costes laborales y 150 millones del plan de mejora comercial–, con el objetivo de ganar 600 millones en 2015, con un beneficio operativo de 300 millones de euros, frente a los 300 millones de pérdidas actuales.
Un objetivo "al que no se llegará", aseguró Sáchez-Lozano pese a no desvelar ninguna estimación. No obstante, valoró que en la balanza para la compañía ha pesado más "la apuesta de futuro y la oportunidad de reconducir las relaciones laborales" y el clima de diálogo para solucionar problemas de futuro.
En esta línea, ha agradecido la labor del mediador Gregorio Tudela, cuyo trabajo no ha sido fácil, para contentar a todos las partes, con un acuerdo que sin contentar a todos es "un paso importante".
También dijo entender la preocupación del Gobierno en torno al conflicto, cuya labor ha sido la de favorecer y llevar a las partes a un acuerdo.
Según explicó, la propuesta que, por ser aceptada por la mayoría sindical atañe a todos, también a los pilotos, establece utilizar el ERE ya en vigor, que se prorroga hasta 2015, para el despido de los 3.141 empleados afectados por el ajuste –2.256 trabajadores de tierra, 258 pilotos y 627 tripulantes de cabina (TCP)– por la vía preferente de prejubilaciones. Un ERE que se aplica a todos los colectivos pero de forma diferente.
En cuanto al ajuste salarial, contempla un recorte del 14% para pilotos, del 14% para los TCP y del 7% para el personal de tierra.
A partir del acuerdo, se abre un periodo de consultas de un mes con los diferentes colectivos para discutir las medidas de productividad, tal y como recoge el documento de Tudela. En caso de no llegar a un acuerdo, se procederá al incremento en cuatro puntos porcentuales del ajuste salarial pactado.
Sánchez-Lozano insistió en que ni este ajuste salarial adicional resultaría suficiente ante las pérdidas que afronta Iberia, si se compara a los ahorros del plan de reestructuración inicial que propuso la compañía.
Para el directivo, esta medida de Tudela es "un incentivo" para que compañía y sindicatos lleguen a un acuerdo en ese plazo. Desde Iberia, se considera que el papel del mediador y que no será necesario acudir de nuevo a él, pese a agradecerle su ofrecimiento.
Preguntado por un posible trato diferenciado en la negociación con los pilotos, el consejero delegado apuntó que, aunque este colectivo no se ha pronunciado sobre la propuesta, el periodo de consultas en torno a las necesarias medidas productivas también les incluye.
"Tenemos que negociar con los pilotos sí o sí, lo que pase que pase después es ciencia ficción. La propuesta del mediador es clara en pedir esfuerzos a todas las partes. Confiamos en ponernos de acuerdo en las medidas que haya que abordar", afirmó, para añadir que los pilotos deberían sumarse al acuerdo.
El acuerdo implica la constitución de una Comisión Mixta, formada por las partes, en un plazo máximo de seis meses, plazo en el que se garantiza que no haya huelgas.
El laudo de express no influye
Sánchez-Lozano dejó claro que la propuesta del mediador no se pronuncia sobre Iberia Express, una de las reclamaciones de los sindicatos, y que el rechazo de la anulación del laudo por parte de la Audiencia Nacional, a la espera de que se pronuncie el Tribunal Supremo (TS), que sigue su curso, "no plantea ningún cambio".
El segundo laudo de Jaime Montalvo, que incluyó a Express, limita la capacidad de la filial de corto y medio radio al 25% del número total de asientos por kilómetros operados (AKO) ofertados por Iberia Operadora, la matriz.
Asimismo, Express no podrá efectuar rutas de largo radio (vuelos de más de seis horas) y establece un único escalafón para las tripulaciones.
Iberia aplicará este año una reducción de capacidad del 15%, según había anunciado, con la supresión de rutas deficitarias, pero seguirá con su plan de renovación de flota. La aerolínea espera recibir ocho A330-300 a lo largo de este año y el siguiente.
El directivo recordó, que a falta de una estimación definitiva, la compañía ha perdido tres millones diarios cada día de huelga, lo que elevaría el coste por los diez días paros a 30 millones de euros.
"Iberia está perdiendo mucho dinero, de ahí el interés de la compañía en aplicar los ajustes en cuanto sea posible", defendió, para insistir en que el problema de la aerolínea española es de "competitividad". "El valor de este acuerdo es que nos permitirá ser competitivos", apuntó.
Por ello, desde "mañana mismo", se citará a los sindicatos a las primeras reuniones, ya que un mes, con la Semana Santa por medio pasa deprisa. Al respecto, confió en la "buena voluntad" de todas las partes para poder llegar a un acuerdo.