Los pasados meses de diciembre y enero fueron anómalos en materia de recaudación debido al retraso de las devoluciones fiscales que aplicó Hacienda, afectando así de forma indirecta a la evolución del déficit público. El conjunto de las administraciones públicas registró un descuadre fiscal del 6,7% del PIB en 2012, sin contar ayudas bancarias, gracias, entre otros factores, a la buena evolución que presentaron la cuentas del Estado (Gobierno central) al cierre del ejercicio.
En concreto, el déficit acumulado por el Gobierno se desplomó desde el 4,37% del PIB registrado en noviembre al 3,84% el pasado diciembre (40.330 millones de euros). El sustancial recorte que aconteció en las últimas semanas de 2012 se observa al analizar en detalle el déficit de diciembre: apenas 5.580 millones de euros, un 72,4% menos que en diciembre de 2011 (20.237 millones).
La reducción de la brecha fiscal en el último mes del año responde al espectacular incremento de la recaudación. Así, tan sólo en diciembre, Hacienda ingresó un total de 15.024 millones de euros, lo que supone un aumento del 53% interanual (5.217 millones), llegando incluso a superar el récord histórico de recaudación registrado en un mes de diciembre, alcanzado en 2007 (13.481 millones de euros). El Impuesto de Sociedades ingresó 4.233 millones, un 113% más que en diciembre de 2011 (2.248 millones extra), mientras que el IVA recaudó 3.235 millones, un 176% más que un año antes (2.062 millones extra).
Los ingresos se disparan en diciembre...
¿Cómo es posible que en recesión el Estado recaude más que en plena burbuja inmobiliaria? Las razones son dos, según Hacienda: por un lado, la concentración de algunas medidas tributarias a partir de octubre (pagos fraccionados del Impuesto de Sociedades, la subida del IVA o la amnistía fiscal); y, por otro, el retraso de las devoluciones fiscales de diciembre a enero.
Efectivamente, el volumen de devoluciones fiscales se hundió un 62% interanual el pasado diciembre, ya que apenas alcanzó los 1.941 millones, 3.171 millones menos que doce meses antes.
Así pues, las devoluciones tributarias registraron una caída inédita el último mes de 2012, lo cual permitió aumentar los ingresos fiscales y, de este modo, reducir el déficit público registrado el pasado año. Al igual que los particulares con el IRPF, las empresas también tienen derecho a devolución por el Impuesto de Sociedades. Normalmente, el Gobierno efectuaba estos ingresos en el último trimestre del año, pero Hacienda optó en esta ocasión por retrasar las devoluciones hasta enero, agotando el plazo legal máximo para llevarlas a cabo. Desde 2005, entre el 45% y el 65% de las devoluciones por Sociedades se concentraba entre octubre y diciembre, pero el pasado año tan sólo se ejecutaron el 14% en ese período.
...Y se desploman en enero
Y puesto que las devoluciones fiscales de diciembre se retrasaron un mes, la recaudación fiscal cayó con fuerza el pasado enero tras efectuar los correspondientes ingresos a los contribuyentes. En concreto, los ingresos fiscales bajaron un 20,2% interanual, hasta situarse en 10.591 millones, 2.680 millones menos que en enero de 2012. Hacienda, una vez más, admite que "la causa de esta fuerte caída de los ingresos es el aumento de las devoluciones en comparación con las realizadas hace un año".
No en vano, la devolución de tributos se disparó un 83% interanual el pasado enero, hasta alcanzar los 5.435 millones, 2.461 millones más que en enero de 2012. Por figuras tributarias, las devoluciones por IRPF subieron un 176% interanual (399 millones), en Sociedades un 112% (1.440 millones) y en IVA un 50% (656 millones).
Es decir, el aumento de las devoluciones (83% interanual) se tradujo en una menor recaudación fiscal (-20%) y, por tanto, en un mayor déficit: el Gobierno central registró un descuadre de 12.729 millones de euros el pasado enero, equivalente al 1,2% del PIB y un 35,4% superior al de un año antes.
Una anomalía inédita
El Gobierno argumenta que la reducción de las devoluciones en diciembre se debe "tanto a la propia situación de debilidad de la economía como a un mayor control tributario". Sin embargo, el desfase observado en la recaudación de diciembre y enero es inédito, tal y como muestra la evolución de los ingresos homogéneos, es decir, ajustando el ritmo de devoluciones al de una campaña normal.
Así, en 2012, si bien los ingresos fiscales del Estado ascendieron a un total de 168.567 millones de euros (un 4,2% más que en 2011), los ingresos homogéneos se situaron en 163.398 millones, casi 5.000 millones menos. Esta divergencia se produjo, precisamente, en diciembre. De este modo, si las devoluciones hubieran seguido su ritmo habitual, el Estado habría recaudado 5.169 millones menos el pasaso año (cinco décimas del PIB), con lo que el déficit público de España habría superado el umbral del 7% del PIB (sin contar el coste del rescate bacnario).
Lo relevante es que, a diferencia de lo que señala el Gobierno, este descuadre entre ingresos totales y homogéneos es muy superior al registrado en ejercicios anteriores: +606 millones en 2011, -269 millones en 2010, +284 en 2009 y -681 en 2008.
De hecho, en los propios informes de Hacienda se observa que la recaudación total y homogénea evoluciona de forma muy similar desde 2006. Pero esta serie se rompe el pasado diciembre y enero.
Si las devoluciones hubieran seguido un ritmo normal el pasado diciembre, los ingresos del Estado en 2012 habrían aumentado apenas un 1,5% interanual frente al 4,2% anunciado. Y lo mismo sucede en enero: la recaudación tan sólo tendría que haber caído un 4,4% interanual frente al desplome del 20,2% registrado.
Así pues, el retraso de las devoluciones por parte de Hacienda logró suavizar la cifra de déficit público el pasado año.