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Ada Colau, la 'heroína' de los hipotecados que nunca se hipotecó

Colau, activista de profesión y portavoz de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca, nunca se ha hipotecado. Vive de alquiler y fue 'okupa'.

Colau, activista de profesión y portavoz de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca, nunca se ha hipotecado. Vive de alquiler y fue 'okupa'.

La portavoz de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH), Ada Colau (Barcelona, 1974), se ha convertido en las últimas semanas en el principal referente del movimiento popular contra los desahucios en España, después de tachar de "criminal" a la banca en una polémica intervención en el Congreso. De hecho, la notoria relevancia pública que ha adquirido Colau a raíz de aquellas palabras explica en buena medida la marcha atrás que protagonizó el PP para admitir a trámite la Iniciativa Legislativa Popular (ILP) que presentó la PAH, en donde se reclama la dación en pago retroactiva para saldar las deudas hipotecarias sobre vivienda habitual.

Sin embargo, la figura de Colau no está exenta de cierta paradoja. La heroína de los hipotecados jamás contrató una hipoteca, según reconoce en una conversación mantenida con Libre Mercado. Este dato carecería de relevancia si no fuera por los argumentos que emplean Colau y su plataforma para denunciar la "injusticia" que supone la actual normativa hipotecaria.

Así, en su comparecencia en el Congreso, Colau denunció que los hipotecados fueron víctimas de una "estafa generalizada" porque, según ella, endeudarse para comprar una casa era casi una obligación. Las "políticas públicas" sobre vivienda, la "desregulación" del mercado de alquiler y los mensajes lanzados por los políticos conducían inexorablemente a solicitar una hipoteca; "se jugó con una necesidad básica de la población"; la gente "hizo, exactamente, lo que el Estado le recomendaba". Es decir, los españoles fueron víctimas de una especie de engaño, orquestado desde la banca y las autoridades públicas.

Pero Colau es la prueba viva de que hipotecarse no era una obligación. La portavoz de la PAH nunca se hipotecó. Vive de alquiler. Incluso durante los felices años de la burbuja, Colau no cayó en la trampa que denuncia su asociación. "Mucha gente se hipotecó. Yo, afortunadamente, no lo hice, pero eso no quiere decir que tenga un acceso a la vivienda estable, asequible y digna", responde Colau a este periódico.

"Nosotros hemos dicho siempre que a nadie le pusieron una pistola en la cabeza para que se hipotecara", pero "hay que recordar que en aquel momento el 90% de la gente estaba en régimen de propiedad. Y esto no es porque la ambición les poseyera o la gente se volviera loca... En España se ha hecho una política pública agresiva, entre PSOE y PP, donde todos los incentivos eran para la compra y ninguna para el alquiler", aclara. En cualquier caso, considera que "la hipoteca y el alquiler son dos caras de una misma moneda".

Como resultado, "todo te llevaba a comprar y nada a alquilar", insiste. El alquiler era "caro, inestable y de mala calidad". Señala que "el mensaje oficial era que la vivienda era una inversión segura y que alquilar era tirar el dinero. Te trataban de tonto. Era el mensaje de los medios de comunicación, poderes públicos y bancos. Nada incentivaba el alquiler". Por ello, denuncia que "hubo desinformación masiva, por no hablar de engaño". Un "engaño" que, al menos, no afectó a Colau directamente.

Una activista profesional

Antes de constituir la PAH, en 2009, Colau fue un miembro activo de diversos movimientos de protesta social. Estudió Filosofía, aunque no acabó la carrera, y desde muy joven comenzó su labor como activista: primero, con motivo de la primera guerra del Golfo, en 1990, y, posteriormente, en la lucha antiglobalización, en la plataforma Aturem la guerra, con motivo de la segunda guerra de Irak, en 2003.

Asimismo, formó parte de V de Vivienda, una de las múltiples plataformas que reclaman el derecho a una "vivienda digna", surgida en 2006, en plena burbuja inmobiliaria, para denunciar la dificultad que tenían, sobre todo, los jóvenes para acceder a una vivienda como consecuencia de los elevados precios de entonces. También denunciaban, dice, la existencia de una burbuja inmobiliaria "cuando era negada sistemáticamente por el Gobierno". Sin embargo, el actual régimen hipotecario, que hoy combate Colau, facilitó a muchos españoles la compra de una vivienda en propiedad, tal y como certifican las estadísticas oficiales. Durante esa etapa, Colau participó en la iniciativa Espacio Social de Magdalenas, en la que, junto a otros activistas, 'okuparon' un edificio privado para denunciar el "acoso inmobiliario" que sufrían tres ancianos.

En la actualidad, Colau trabaja en la ONG Observatori Desc, centrada en los problemas de la vivienda.

"Genocidio" financiero

La PAH y el movimiento 15M advirtieron el pasado miércoles de que a partir de ahora "intensificarán" la campaña de "recuperación de pisos vacíos" que están en manos tanto de entidades financieras como de administraciones públicas para alojar a las víctimas de desahucios, y también han advertido que señalarán "públicamente" a los diputados que voten contra la iniciativa legislativa popular (ILP) por la dación en pago o a quienes traten de "rebajar" sus peticiones.

La PAH ha convocado para este sábado manifestaciones en 43 ciudades de España "contra el genocidio financiero" y a favor de la ILP y de la dación en pago. Bajo el lema ¡Por el derecho a la vivienda! Contra el genocidio financiero, señalamos a los responsables y exigimos dación en pago retroactiva, alquiler social y stop desahucios ya, las claves de su manifiesto son las siguientes:

- Defender y exigir el derecho a la vivienda, un derecho fundamental sistemáticamente vulnerado en nuestro país.

- Con la Iniciativa Legislativa Popular hemos agotado todos los mecanismos que nos ofrece el sistema para cambiar una ley obviamente injusta.

- Las demandas de la ILP son demandas de mínimos: dación en pago retroactiva, alquiler social en las viviendas vacías acumuladas por las entidades bancarias que se han enriquecido con la crisis, y moratoria de desahucios.

- No queremos limosna. No aceptaremos rebajas. Queremos unas leyes que garanticen los derechos, la igualdad y la dignidad.

- La ILP también es una forma de exigir democracia, una democracia que tiene que estar en manos del pueblo y no del poder financiero. Hartas de mediocridad, corrupción y avaricia, de respuestas vacías y demagogia, exigimos que se nos escuche y participar de una democracia real.

- Desde aquí hacemos un llamamiento a todos los partidos políticos a votar a favor de la ILP y tramitarla de manera urgente. Si no lo hacen, les señalaremos como responsables del genocidio financiero que estamos sufriendo y tendrán que atenerse a las consecuencias.

- Anunciamos que se intensificarán las campañas de recuperación de pisos vacíos en manos de entidades financieras.

- Exigimos el derecho a la vivienda.

- ¡Sí Se Puede!

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