Con casi seis millones de parados, resultado complicado ser demasiado optimista sobre la situación de la economía española. Sin embargo, desde hace unas semanas, desde el Gobierno se ha comenzado a lanzar el mensaje de que poco a poco están cambiando las tornas. Puede que a pie de calle no pueda verse, defienden en el Ejecutivo, pero algunos de los principales indicadores empiezan a dar buenas noticias.
Este martes, el presidente del Gobierno y el ministro de Economía tenían la oportunidad de reafirmar este mensaje en un foro privilegiado, ante inversores internacionales y con esa prensa extranjera a la que tantas veces se acusa de no saber transmitir la imagen real de España. Y tanto Mariano Rajoy como Cristóbal Montoro no ha querido dejar pasar el evento para destacar los logros que, en su opinión, ha alcanzado España en el último año, desde que el nuevo Ejecutivo llegó a La Moncloa.
Rajoy ha resumido su optimismo a medio plazo con la predicción, "compartida por los organismos internacionales, de que en la última parte de 2013 y en el año 2014, nuestra economía recuperará tasas positivas de crecimiento". Pero si el mensaje de Rajoy ha sido positivo, el de su ministro de Hacienda ha ido un paso más allá. Montoro ha mostrado a los asistentes una presentación titulada Construyendo las bases del crecimiento en la que ha enfatizado aquellos datos que permitirán dar un paso adelante a la economía española.
Cuatro gráficos
Podría resumirse la intervención del ministro en cuatro de sus propios gráficos, aquellos que el Gobierno cree que demostrarían que, efectivamente, incluso aunque el ciudadano de a pie no lo vea, se está cerca del final del túnel:
1. Potencial de la economía española: tras seis años de una profundísima crisis, es posible que muchos no acaben de creerse el primer gráfico de este artículo, pero lo cierto es que el PIB per cápita español en 2011 era casi el doble del que se registraba en 1995. Montoro ha recordado que "España ha vivido uno de los ciclos más positivos del mundo" en las últimas décadas.
Eso hace que nuestro país esté en mejores condiciones para salir de la recesión que hace dos décadas. Es cierto, hay 3,5 millones de ocupados menos que en el pico de 2007 (20,5 millones), pero poniéndolo en perspectiva, Montoro ha recordado que en 1995 había 12,5 millones, los mismos que en 1977. Pero esos 8 millones de puestos de trabajo creados en poco más de una década, son un ejemplo del potencial de crecimiento de la economía española.
Además, el tercer dato para el optimismo está en la internacionalización de las empresas españolas. En el año 1995, la posición inversora internacional neta sumaba apenas un 5% del PIB, mientras que ahora alcanza el 47% (de un PIB que se ha doblado).
2. Reformas: cuando el equipo económico del Gobierno se enfrenta a la prensa y a los inversores internacionales, siempre lo hace con el ariete del paquete de reformas aprobadas en este primer año (ver tablas 2 y 3, pinchar para agrandar). Aunque muchos expertos dudan de la profundidad de los cambios emprendidos, Montoro ha querido enumerar todos los proyectos puestos en marcha: reforma laboral, reforma financiera, consolidación fiscal, control de las CCAA, plan de pago a proveedores, reestructuración del sector público o lucha contra el fraude.
Eso sí, junto a las a conocidas, el ministro de Hacienda ha incluido los previstos para 2013, de los que apenas se conoce un boceto, pero que él ya anota en el haber del Gobierno: evaluación de las políticas activas de empleo, unidad de mercado, reforma energética, ley de la administración local o ley de transparencia.
3. No más deuda: si hay un aspecto en el que Montoro se ha detenido durante su intervención, ése ha sido, sin duda, el de la buena salud del sector exterior. Como puede verse en el siguiente gráfico, España ha conseguido, por primera vez desde la llegada del euro (es decir, sin poder ayudarse de devaluaciones y otros instrumento de política monetaria), ser inversora neta en sus relaciones con el exterior."Por primera vez en 14 años" ha recordado Rajoy, "entre julio y noviembre de 2012, la economía española logró un superávit por cuenta corriente y de capital de 7.969 millones de euros".
En el último trimestre de 2012, gracias al incremento de las exportaciones y al desapalancamiento del sector privado (el público mantiene unos números rojos cercanos al 9% incluyendo el rescate bancario), el conjunto de la economía nacional ha funcionado como prestatario. Tanto el incremento de las ventas al exterior como el doloroso saneamiento de las cuentas de familias y empresas suponen el mejor soporte para la recuperación y Montoro no ha desaprovechado la ocasión de recordarlo. De hecho, ha insistido en ello con pasión, en línea con el mensaje del Gobierno, que se agarra a este dato como el primer brote verde real que la economía española puede presentar desde 2007.
4. Impuestos y recaudación: de lo que el ministro de Hacienda se muestra más orgulloso es de la senda de consolidación fiscal emprendida en el último año y que, según sus cuentas, habría generado un "ajuste fiscal efectivo en el sector público de 4,5 puntos del PIB en 2012" y generará uno adicional "de 3,2 puntos" para este año.
Es evidente que el déficit público no cerrará en tres puntos menos que el 9,4% del año pasado. En realidad, el Gobierno ya admite que estará por encima del 7% sin contar el rescate bancario que lo llevaría cerca del 9%. Sin embargo, Montoro ha preferido centrarse en el que ha denominado como "déficit estructural", es decir, el que no tiene en cuenta los efectos del ciclo económico (y que también es más difícil de medir, pues depende de las variables que cada cual considere).
Con estas salvedades, al ministro de Hacienda las cuentas le salen: el gasto en los ministerios ha caído de 42.328 millones a apenas 31.037 previstos para este año (un 26% menos en dos años. Pero claro, este monto apenas supone un mínimo porcentaje de los más de 382.000 millones gasto previstos en los PGE.
En este sentido, pocas decisiones del Gobierno han sido tan polémicas como las sucesivas subidas de impuestos, que rompían las promesas del programa electoral con el que el PP se presentó a las elecciones de noviembre de 2011. Pues bien, tal y como ya avanzó hace unos días, Montoso ha defendido que se ha conseguido el objetivo propuesto: generar más ingresos para una hacienda pública exhausta (con "telarañas en las tuberías" ha llegado a afirmar).
Todavía no hay cifras definitivas, pero los indicadores adelantados convencen al ministro. El IRPF ha subido en 816 millones, el Impuesto de Sociedades en 4.826 millones, el IVA en 1.160 millones, y los impuestos indirectos en 342 millones. En total, hablamos de 6.841 millones de incremento de los ingresos que han permitido recaudar los 167.000 millones previsto inicialmente en los PGE.