La nueva legislación, que aún debe pasar el trámite parlamentario, pretende prevenir la repetición de una crisis como la del 2008, cuando varias entidades germanas tuvieron que ser rescatadas con dinero público.
"Representa un nuevo paso en nuestros esfuerzos por aprender de lo ocurrido en la crisis financiera de 2008 y 2009", dijo Schaeuble en declaraciones a los medios tras la reunión del Gabinete.
"Sabemos que la desregulación exagerada de los mercados financieros fue un error (...) Ningún mercado, ningún actor y ningún producto financiero quedará sin supervisión", añadió.
En concreto, los bancos alemanes tendrán la obligación de aislar sus actividades de negociación por cuenta propia (proprietary trading) del negocio de banca minorista cuando los activos asociados a estas actividades superen los 100.000 millones de euros o supongan más del 20% del balance de la entidad, por lo que Schaeuble apuntó que sólo afectará a "unos 10 ó 12 bancos, según los parámetros de 2011".
Entre las medidas más comentadas, destaca la provisión de imponer penas de cárcel de hasta cinco años de duración para aquellos directivos cuya imprudente gestión implique riesgos para la viabilidad de las entidades.
Asimismo, los bancos deberán elaborar planes de recuperación y de resolución que serán aplicados en caso de que atraviesen dificultades que amenacen a todo el sistema financiero. El objetivo de esta medida es estar mejor preparados para posibles emergencias y evitar que tenga consecuencias para los contribuyentes.