Hace pocos meses, los ahorradores nos congratulábamos de la eliminación de la llamada Ley Salgado, una normativa creada cuando Elena Salgado era Ministra de Economía y Hacienda y que penalizaba los depósitos y cuentas de alta remuneración. La oferta y la demanda regían, los bancos necesitan de un dinero cada vez más escaso (sólo hay que ver los últimos datos de ahorro en caída libre) y pagaban por ello.
Pero el Gobernador del Banco de España, Luis María Linde, ha decidido poner fin a la libre competencia estableciendo límites máximos a los depósitos (1,75% para los menores a un año, 2,25% para los dos y 2,75% para los tres) que van a suponer un duro golpe para los ahorradores.
La razón que esgrime el Banco de España es que acabará con la guerra del pasivo, los bancos pagarán el ahorro a interés de mercado (teniendo en cuenta lo bajo que está el tipo de intervención del BCE (0,75%) y del Euribor a un año (0,55%), lo que hará que sus cuentas de resultados y los balances estén más saneados y menos "tensos". Pero puede que hasta esto fracase. La teoría económica más sencilla dice que todo lo que no se gasta, se ahorra, pero ¿todo lo que se ahorra va a los bancos?
La respuesta es no. Es más, cuando los tipos son tan bajos como los que ofrece el mercado hay que ofrecer estímulos al ahorro subiendo tipos, en caso contrario, el ahorrador puede pensar que para conseguir un 1,5% no mueve su dinero a ninguna cuenta de ahorro y menos a un depósito, e incluso aumente el dinero que tenemos en casa. En esta coyuntura, con una caída en picado del dinero ahorrado, los bancos pueden encontrarse que pagan menos, pero con unos recursos menores en sus balances, y dinero necesitan, mucho. Por tanto, al final de un proceso en el que por enésima vez en la crisis se ayuda a la banca, puede que hasta la decisión no sea la acertada.
¿Por qué no poner límite a los préstamos?
Es otra pregunta que podemos plantearnos, más cuando la falta de liquidez en el sistema agrava nuestros problemas económicos. Si antes de la crisis llegamos a pagar por una hipoteca hasta Euribor +0,30%, ahora entre las escasas operaciones que se firman es normal encontrarse con un Euribor +3,00%. Han multiplicado por 10 los diferenciales, principalmente para poner barreras a quien quiera un préstamo, pero también consiguiendo pingues beneficios por ello. Si ponemos límites a lo que pagan los bancos, ¿por qué no a lo que cobran en sus préstamos hipotecarios?. Además, con un recorte en los tipos de los préstamos, los beneficios económicos no sólo se distribuirán a un sector, el financiero, sino a toda la economía.
Préstamos más baratos, estimulan la economía, aumentando el consumo, la inversión, especialmente cuando tenemos un problema más que importante con el stock de vivienda existente, cuya compra ha perdido todo incentivo fiscal en 2013.
Los bancos han empezado ya a rebajar tipos en sus cuentas y depósitos, y el ahorrador ve cómo su dinero pierde hasta poder adquisitivo con unos precios que suben más que lo que nos puede ofrecer una cuenta y un depósito. ¿Quién dijo que el 2013 iba a ser un mejor año? De momento, no lo está siendo para los ahorradores prudentes.
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