La crisis del euro, la creciente presión fiscal en los países del sur de Europa y la búsqueda de la seguridad en la inversión está provocando la llegada de inversores de países como Grecia, Italia y España a la capital alemana en búsqueda de chollos inmobiliarios para asegurar su capital y rentabilizarlo en un futuro.
Según informa el Frankfurter Allgemeine Zeitung, casi un tercio de los compradores de pisos en Berlín –donde prima el mercado del alquiler sobre la venta- es extranjero, en especial de países en apuros como el nuestro, aunque también procedentes de países del este, como Polonia. Los agentes inmobiliarios relatan como la inmensa mayoría de ellos "pagan en metálico" y apenas negocian el precio.
Los compradores del sur también han fijado su mirada en otras ciudades alemanas como Hamburgo, Munich o Frankfurt, pero es Berlín donde más se ha notado el empuje de los extranjeros. Entre las causas, citan la buena imagen exterior de la ciudad y lo ajustado del precio frente a otras capitales europeas.
Entre las causas de este desembarco de capital procedente de países rescatados está la búsqueda de seguridad de los inversores y la posibilidad de escapar al control del fisco, cada vez mayor, en sus países de origen. También está la búsqueda de rentabilidad: con el mercado inmobiliario hundido en sus respectivos países, Alemania, y en concreto su capital, aparece como un buen objetivo para invertir por las expectativas de revaloración de los pisos en el futuro.