La canciller alemana, Angela Merkel, apuesta en Alemania por fomentar el crecimiento, defender el empleo y evitar subidas fiscales para hacer frente a la debilidad coyuntural de la economía en la zona del euro.
"La tarea principal en materia de política económica" es posibilitar el crecimiento en condiciones difíciles y garantizar los puestos de trabajo, señala Merkel en declaraciones que publica hoy el rotativo Braunschweiger Zeitung.
Frente a iniciativas en ese sentido de la oposición socialdemócrata y verde, la canciller rechaza además tajantemente incrementar impuestos. Merkel rechaza, entre otros asuntos, la posibilidad de elevar los impuestos de sucesiones o incrementar los patrimoniales, ya que "eso daña a nuestra clase media, la espina dorsal de nuestra economía".
Por otro lado, el presidente de la patronal alemana, Dieter Hundt, cuenta para 2013 con un nuevo crecimiento de la economía y subidas salariales y se muestra convencido de que "Alemania no vivirá una recesión". El buen desarrollo salarial de 2011 y 2012 tendrá continuidad el año próximo, afirma Hundt en declaraciones hoy al rotativo Rheinischen Post, en el que comenta que "si a las empresas les va bien, se deben beneficiar también sus empleados".
Para el caso de que se produzca un nuevo bache coyuntural, el presidente de la patronal propone activar de nuevo la legislación para el "Kurzarbeit", la reducción horaria de la semana laboral, que permite conservar los puestos de trabajo y evitar despidos.
En otra entrevista, esta vez al diario Financial Times, Merkel ha dicho que Europa deberá "trabajar muy duro" si quiere mantener su sistema de bienestar social y al mismo tiempo ser globalmente competitiva.
Merkel indica que, para sobrevivir a la globalización, el continente debe invertir más en investigación y educación, y reformar su sistema de impuestos y laboral para restaurar la competitividad. En cuanto a la inversión en el sistema social, asevera que "todos tenemos que dejar de gastar más de lo que ganamos cada año".
"Si Europa constituye hoy poco más que el 7% de la población mundial, produce un 25% del PIB global y debe financiar un 50% del gasto social global, es obvio que tendrá que trabajar muy duro para mantener su prosperidad y estilo de vida", declara la mandataria.
En la misma entrevista, Merkel niega que las discrepancias con el presidente de Francia, François Hollande, pongan el peligro el eje franco-alemán como "motor" de la integración en Europa. "Aunque representamos a diferentes países y tendencias políticas, siempre encontramos soluciones", afirma la jefa del Gobierno alemán.
Merkel también explica que su experiencia durante el colapso de la Alemania comunista ha teñido sus ideas políticas. "En la República Democrática Alemana y en todo el sistema socialista fuimos testigos de una economía que no era ya competitiva y que negaba a la gente prosperidad, llevando finalmente a una gran inestabilidad", rememora.
"Me preocupa que mucha gente en Europa asume que, junto con EEUU, Europa supone el único marco de referencia para el mundo, que es tradicionalmente fuerte y que el mundo se fija en nosotros", manifiesta. "Han surgido otros modelos, como China, India, Japón, Brasil, y se les unirán otros países que trabajan duro y están demostrando ser innovadores", advierte la jefa del Gobierno alemán.
Merkel ya se mostró cautelosa en cuanto al futuro de Europa en la reunión del viernes en Bruselas, cuando dijo que el continente debe afrontar un proceso de transformación "muy difícil y doloroso" para subsanar la falta de disciplina fiscal durante años y la pérdida de competitividad.