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Berlín y Bruselas confían en Monti y recelan de Berlusconi

El primer ministro italiano, Mario Monti, recibe en Bruselas una lluvia de apoyos por parte de los líderes europeos.

El primer ministro italiano, Mario Monti, recibe en Bruselas una lluvia de apoyos por parte de los líderes europeos.
Angela Merkel, este jueves | EFE

La polvareda -principal, pero no exclusivamente mediática- que había levantado la aparición en escena de Silvio Berlusconi llegó hasta los aledaños de la cumbre europea, donde hubo un cerrado apoyo a las políticas económicas del Gobierno Monti. El ortodoxo italiano, favorito de los azotes de la austeridad y el vivo contraste con su impredecible predecesor, es el hombre de confianza de Bruselas y de Berlín, desde donde le han confiado que vele por la estabilidad de Europa.

El primer ministro italiano, Mario Monti, aseguró que no venía a Bruselas a hablar de política, pero no le dejaron evitarlo. Acogido con calurosos parabienes por el presidente del Ejecutivo comunitario, que le animó a seguir con las reformas, también recibió una lluvia de palmadas en la espalda por parte de sus compañeros de familia política e incluso del Fondo Monetario Internacional. También en las filas socialistas se escucharon loas al año de Gobierno de Monti. El francés Hollande lo describió como "el hombre que ha permitido a Italia levantarse y jugar un papel clave, y que ha hecho a Italia ser respetada".

Pese a la fama de extravagante y desestabilizador que acompaña al ex premier Berlusconi, la sorpresa de la jornada la dio el sosegado Monti al aparecer por sorpresa en el sarao de los populares al que sólo suelen acudir miembros del partido (él, aunque identificado con el centro derecha, se hizo con las riendas del Gobierno en condición de lo que han venido denominando como "tecnócrata").

Una vez allí, Monti, que horas antes había garantizado que "gane quien gane elecciones, el Gobierno italiano estará siempre identificado con Europa", recibió el apoyo de sus compañeros. La prensa italiana incluso publicó que Merkel habría pedido a Monti que se presentara a las elecciones, aunque Roma lo desmintió horas después.

Silvio Berlusconi, por su parte, aleccionado por unos correligionarios que abominan de los "populismos", se presentó ante sus colegas como "europeísta" y blandiendo un enemigo: la izquierda. "El PPE teme el regreso de la izquierda a Italia". También Il Cavaliere aseguró que apoyaría a Monti si se presentara candidato. "Yo daría un paso atrás", aseguró repitiendo lo que ya había adelantado en Roma.

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