Mariano Rajoy aterriza en Bruselas con la mayor parte del trabajo ya hecho por su ministro de Economía, tras 14 horas de intensa negociación. Aunque España quería más, el simple hecho de que finalmente se haya concretado el supervisor único bancario ya es un éxito para el Gobierno, más aún ateniendo a que también existe un compromiso de calendario. El organismo estará plenamente operativo en marzo de 2014.
Claro está que la opción del presidente es que los plazos se adelantaran a fin de estabilizar los mercados de deuda lo antes posible. Pero también “que hace tres meses no teníamos nada de esto y que en el último Consejo Europeo se pusieron encima de la mesa muchas dudas”, destacan fuentes gubernamentales. En esta línea se pronunció Luis de Guindos, negociador incansable: “Ha ganado Europa y el proyecto de la zona euro”, resumía.
“Tenemos un primer paso para la unión bancaria y eso es lo fundamental. Eso no estaba claro hace unos días y hoy lo está. Esto lo que pone de manifiesto es que hay una voluntad de avanzar en el proceso de integración de la unión monetaria”, afirmó el ministro, que sigue ganando enteros por sus dotes diplomáticas tras largas horas en la capital comunitaria.
Es cierto que el BCE no supervisará a todos los bancos, como pedía España, y que esto supone un espaldarazo a Alemania, con entidades de dudosa calidad. Pero, “el tema del límite donde se establecía el tamaño del banco no era la cuestión fundamental. Para nosotros, que hemos tenido un proceso de consolidación bancaria muy importante no era el tema básico", incidió Guindos.
“Es el paso previo para el conjunto de la unión bancaria, que se compone de otros dos pasos adicionales, que es un fondo de garantía común y un fondo de reestructuración común”, concluyó el ministro. Así las cosas, Rajoy espera, a priori, un Consejo de Ministros mucho menos problemático que los anteriores.