Los ministros de Industria de la Unión Europea (UE) han aprobado la creación de una patente única que abaratará el registro de patentes en los Estados miembros que apoyaron esta decisión, de la cual se desmarcaron España e Italia por considerar que discriminaba sus lenguas.
El acuerdo internacional aprobado en el Consejo de Competitividad de la UE (Industria, Mercado Único e Investigación) fue posible gracias a la "cooperación reforzada" apoyada por veinticinco países miembros tras el "no" de España e Italia, habida cuenta de su rechazo a que las patentes europeas sólo sean traducidas a los tres idiomas oficiales de la Unión (inglés, francés y alemán).
También se aprobó una regulación sobre los acuerdos de traducción, que establece que las patentes sólo estarán disponibles en alemán, inglés y francés, aunque los países podrán solicitar el registro de sus solicitudes en cualquiera de los veintitrés idiomas oficiales de la Unión. Por lo que respecta al tribunal que gestionará los litigios sobre la patente europea, su futura sede central estará en París.
El pleno del Parlamento Europeo tiene previsto pronunciarse este miércoles en Estrasburgo (noreste de Francia) sobre estas regulaciones, con idea de cerrar la negociación sobre la patente común, que se ha extendido durante 30 años.
El comisario europeo de Mercado Interior, Michel Barnier, indicó durante una intervención en el Consejo ante los ministros que "hubiera preferido" una patente única válida para los veintisiete Estados de la UE, pero subrayó que "no es posible hacerlo de otra manera". Actualmente, una patente debe ser validada en cada uno de los miembros de la UE, en tanto que en competidores como Estados Unidos o China es suficiente con un solo procedimiento.
Según Barnier, el mecanismo actual para registrar una patente a nivel europeo cuesta 18 veces más (unos 36.000 euros) que en Estados Unidos (2.000 euros) y 60 veces más que en China (600 euros).