El primer ministro francés, Jean-Marc Ayrault, arremetió hoy contra los exiliados fiscales que buscan "hacerse aún más ricos" pagando impuestos en otros países, como el reciente caso del actor galo Gerard Depardieu, que ha trasladado su residencia a un pequeño pueblo belga de la frontera con Francia.
"Los que se exilian al extranjero no son quienes tienen miedo de volverse pobres. Es porque querrían hacerse aún más ricos", dijo el jefe del Ejecutivo francés durante una conferencia de prensa celebrada tras su intervención en la Conferencia Nacional contra la Pobreza y por la Inclusión Social.
Las palabras de Ayrault respondían a una pregunta sobre Depardieu, celebérrimo y polémico actor francés de 64 años que el pasado fin de semana trasladó su residencia fiscal a Néchin, localidad belga situada a un kilómetro de la frontera francesa, lo que le permitirá beneficiarse de un régimen fiscal más ventajoso en el país vecino.
La decisión del protagonista de Cyrano de Bergerac o Astérix y Obélix contra el César, otrora benefactor del Partido Comunista Francés (PCF) y condecorado con la medalla de Caballero de la Legión de Honor de Francia, ha levantado ampollas en su país natal.
"No haremos recular la pobreza si los que tienen más, y a veces mucho, no aceptan un poco de solidaridad y un poco de generosidad", dijo el primer ministro, quien celebró que sean "pocos los que se quieran exiliar y simplemente exonerarse de la solidaridad con el resto de los franceses".
Por ello, el jefe del Ejecutivo dijo que su Gobierno quiere "luchar contra todas las formas de fraude, tanto los pequeños como los grandes, pero primero contra los grandes y gordos, y contra el fraude fiscal", subrayó.
"Si queremos resolver los problemas de la pobreza y las desigualdades sociales, hay que tomar decisiones políticas", también en materia fiscal porque se ha pedido un esfuerzo "a los más ricos" y a las "empresas muy grandes" así como "a las clases medias, las clases populares y las pequeñas y medianas empresas", resumió Ayrault.
Depardieu, además de ser uno de los actores mejores pagados de Francia, posee un imperio diversificado que abarca desde la restauración de lujo en París hasta obras de arte, pasando por los viñedos, la automoción, la producción de cine o el sector inmobiliario.
El citado actor no es el único que ha optado por algún paraíso fiscal fronterizo con Francia, como Suiza, Mónaco o, en menor medida, Bélgica. Hace pocos meses, el magnate del lujo, Bernard Arnault, máximo exponente del imperio LVMH, solicitó la nacionalidad belga, aunque sigue domiciliado en Francia.
No es el caso, no obstante, de otros rostros habituales de la prensa, como el también actor Alain Delon, el rockero Johnny Hallyday o la gran mayoría de los tenistas de élite de Francia.