En el primer día laborable de la era post Monti, Europa ha mostrado su preocupación por una crisis política que ya está agravando la económica. Para paliar el golpe provocado por el anuncio de dimisión del primer ministro italiano que gozaba de bula en los mercados, Bruselas le pide a quienquiera que tome el timón en Roma que "cumpla con sus compromisos".
Fuentes diplomáticas admiten que no se esperaban un "fin de legislatura tan repentino", a pesar de que reconocen que "es justo que los italianos acudan a las urnas". Por eso, a pocos días de una nueva cumbre crucial para la credibilidad de Europa, en Bruselas se afanan por recordarle a Italia que, en palabras del propio Van Rompuy, "no hay alternativa a las reformas". "Sería una pena que el nuevo primer ministro deshiciera el camino reformista que ha emprendido Monti", advirtió el titular de Exteriores sueco, Carl Bildt, a su llegada a una reunión en Bruselas. "Eso iría en detrimento de Italia y de Europa", aseveró. El austriaco, por su parte, también pidió continuidad en la "senda de estabilidad" marcada por Monti.
Para el ministro de Exteriores español, José Manuel García Margallo, la solución no sólo la tienen los políticos italianos, sino los líderes de toda la UE. Por eso, insistió desde Bruselas en que el Consejo Europeo cumpla con sus promesas y ponga en pie la unión política y bancaria que transmitiría, en su opinión, un mensaje de estabilidad.
El presidente del Consejo, Herman Van Rompuy, para el que Monti ha sido "decisivo para la estabilidad de la Eurozona", en medio de los fastos del premio Nobel de la Paz concedido a la UE, pidió seguir con las políticas de Monti que, en su opinión, "han restituido la confianza en Italia". No en vano es a él a quien se le atribuye la afirmación, casi profética, de que cualquier movimiento político de Berlusconi representaría la "amenaza definitiva a la zona euro".
Por eso, no extraña que la prensa italiana se haya hecho eco de que desde Bruselas, se estaría preparando el terreno para convencer a Monti de que sopese presentarse a las elecciones para disputarle el poder al que con toda seguridad será el candidato de la derecha, Silvio Berlusconi.
Si desde Madrid no tardaron en alzarse voces de temor a un posible contagio por la inestabilidad del gigante italiano, tercera economía de la zona euro, la línea defendida desde Berlín en la de confianza. "Esperamos que Italia mantenga sus compromisos con Europa y que siga este ritmo con las reformas", declaró este lunes la portavoz del ministro Schäuble.
La prensa europea, en alerta
Mientras que el Financial Times alerta de que "el caos político después de un año de confianza de los mercados podría agitar Italia", el Herald Tribune habla abiertamente de la "tempestad" a la que tendrá que hacer frente Italia en las próximas semanas. En son caricaturesco, el francés Liberation alerta en su portada del "retorno de la momia", en alusión a un Berlusconi al que, sin embargo, ninguna encuesta concede el beneficio de la duda. El rotativo francés editorializa sobre el "increíble talento de un actor inmortal que ahora resucita de entre los muertos". Les Echos trata el problema con gravedad alertando de las dimensiones de un "Estado que, por su tamaño, podría precipitar a todo el euro en el caos". La prensa alemana, por su parte, se fija también en la figura del caído Berlusconi y hasta rememora el antiguo "bunga bunga", en referencia a los líos de faldas y con la justicia del ex prémier italiano.