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Así se 'cocinó' el IPC de noviembre para suavizar la congelación de las pensiones

El Gobierno presionó a las petroleras para reducir la inflación y maquillar la pérdida de poder adquisitivo de los pensionistas.

El Gobierno presionó a las petroleras para reducir la inflación y maquillar la pérdida de poder adquisitivo de los pensionistas.

Histórica. Así fue la caída de precios que registró España el pasado mes de noviembre. La inflación anual bajó hasta el 2,9%, según el indicador adelantado que elabora el Instituto Nacional de Estadística (INE), lo cual supone una reducción de seis décimas con respecto al IPC de octubre (3,5%). Se trata de la segunda mayor bajada de precios en un mes de noviembre desde 1986. ¿La razón? "La bajada de los precios de los carburantes y lubricantes" en las últimas semanas, según el INE.

Esta sustancial moderación de precios llegó, milagrosamente, en un momento crucial para el Gobierno. El IPC de noviembre es el indicador que se emplea como referencia para calcular la revalorización de las pensiones. El Ejecutivo decidió, finalmente, no actualizar las prestaciones conforme a la inflación, manteniendo así la subida del 1% para 2012 aprobada por el PP tras llegar al poder.

Si hubiera optado por la revalorización, tendría que haber subido las pensiones un 1,9% adicional, con un coste próximo a los 3.800 millones de euros para la Seguridad Social. Sin embargo, el impacto electoral y político de la congelación habría sido muy superior si el IPC de noviembre se hubiera mantenido por encima del 3% -no es lo mismo decir a los pensionistas que han perdido un 1,9% de poder adquisitivo que un 2 ó un 2,5%-.

El Ejecutivo llevaba meses preocupado por esta cuestión. La subida del precio de los carburantes el pasado verano encendió todas las alarmas, ya que se materializó en un fuerte repunte de la inflación que, tal y como se comprobado, ponía en riesgo una de las grandes promesas del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy -la revalorización de las pensiones-. Fue entonces cuando el Ministerio de Industria comenzó a tomar cartas en el asunto, iniciando una fuerte presión sobre las petroleras para que redujeran sus márgenes comerciales y, de este modo, se lograra moderar la inflación. Según fuentes del sector consultadas por Libre Mercado, el único objetivo de esta estrategia era reducir el IPC de cara al mes de noviembre.

Dicho y hecho. La caída del precio de los carburantes en las últimas semanas permitió que la inflación se situara por debajo del 3%. La cuestión es si esta caída fue consecuencia de la simple evolución de los precios de mercado o más bien de la campaña de acoso y derribo -bajo amenaza de impuestos y sanciones de por medio- que inició el Ejecutivo. Al menos dos datos apuntan a la segunda opción.

En primer lugar, las declaraciones del propio ministro de Industria, José Manuel Soria, ya que el pasado martes admitió en una entrevista en La noche en 24H, en TVE, que la presión política ejercida sobre las petroleras ha permitido moderar el IPC:

Lo que sí le dijimos [a las petroleras], a raíz de la preocupación profunda que tuvo el Gobierno por la evolución del IPC, fundamentalmente en agosto, cuando, como consecuencia directa del precio de gasolina y gasóleo, pasó del 2,2 al 2,7, ustedes también tienen que arrimar el hombro, colaborar, porque esto es una cuestión de todo el país. Cuando estamos pidiendo ajustes a los ayuntamientos, a las CCAA, el propio Estado, a colectivos de médicos, de profesores, no puede haber un sector [el petrolífero] que vaya, si me permite la expresión, por libre en esta materia... Y, al menos, tengo que decir que eso tuvo efecto.

Es decir, Soria admite que la amenaza funcionó y permitió rebajar el precio de los combustibles. En segundo lugar, los datos oficiales también corroboran esta tesis. Dos destacados economistas de Fedea analizaron en detalle la evolución del precio de los combustibles en España y otros países europeos para verificar si la "misteriosa caída de la inflación en noviembre" fue una simple casualidad, como resultado de la evolución del mercado, o fue forzada -de forma, por tanto, artificial- por el Gobierno para suavizar el impacto de la congelación de las pensiones.

Para ello, emplean tres gráficos en donde muestran la evolución del precio de la gasolina y el gasóleo en distintos países empleando datos homogéneos -descontando impuestos-. A nivel interanual, comparando noviembre de 2012 con noviembre de 2011, se observa que la gasolina Euro-Super 95 registró un aumento medio del 12,1% en la zona euro y del 4,2% en el caso del Diésel, lo cual contrasta de forma sorprendente con la evolución experimentada en España (3,9% y caída del 1,1%, respectivamente). ¿Primera conclusión? La moderación de noviembre no se puede explicar por factores del mercado, ya que el precio internacional de los combustibles ha aumentado en otros países.

Sin embargo, el precio en España y la zona euro evolucionó de forma muy similar desde finales de noviembre de 2011 hasta mediados de octubre de 2012. "Las tasas de crecimiento en España son casi idénticas a las de la media de la zona euro". Lógico, si se tiene en cuenta que los carburantes son bienes homogéneos y su precio no varía en exceso una vez eliminada la distorsión fiscal que introduce cada estado.

Pero entonces, ¿qué pasó en las últimas siete semanas, desde mediados de octubre a finales de noviembre, para explicar las diferencias observadas en el primer gráfico? La respuesta es que en España el precio bajó mucho más que en el resto de países: la gasolina Euro-Super 95 cayó un 13,5% frente al 6,5% de media en la zona euro; y en el caso del Diésel bajó un 8,1% frente al 3,7% de la zona euro.

Así pues, en las últimas semanas se observa "una caída muy desproporcionada en España en relación a otros países", lo cual indica que las petroleras redujeron mucho más sus márgenes, explicándose así la moderación del IPC en noviembre. Y todo ello, como resultado de la presión política, según reconoce el propio Soria.

Casualmente, una vez pasado noviembre, los precios de los carburantes en España han aumentado notablemente en los días posteriores al anuncio de la no revalorización de las pensiones, "y no parece que ello se deba a alzas en los precios internacionales, ya que los precios de estos mismos carburantes han disminuido (en algunos casos muy significativamente) en el resto de países europeos estudiados", advierten ambos economistas. Es decir, pasado el crucial IPC de noviembre, parece que todo vuelve a su cauce... Tanto es así que el propio Soria ya sabía que el combustible volvería a subir tras noviembre, aclarando que le gustaría que la reciente moderación observada fuera "permanente", reservándose ciertas acciones legislativas para conseguirlo en caso de que así lo considere el Gobierno.

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