El presidente insistió en ver el vaso medio lleno a pesar de las malas perspectivas económicas para 2013 arrojadas por la OCDE. "A nadie nos gustaría que se convirtieran en realidad, nosotros tenemos previsiones distintas", se limitó a responder, para sacar del cajón los pocos pero sólidos indicadores positivos, y destacar que el Gobierno espera que la caída prevista (del -1,7% del PIB) en el año en curso sea algo más suave.
"A la hora de afrontar la crisis económica hay que decir la verdad, y esto no va a ser fácil. Pero también hay que decir que vamos a salir", argumentó un Mariano Rajoy que, a pesar de los nubarrones que auguran algunos, insistió en que "en el año 2014 habrá crecimiento".
Pero, además, echó mano de otros datos conocidos en la jornada del martes y que la hicieron tirar de la manta del optimismo, como la "buena subasta" de Letras, los positivos datos de déficit público hasta octubre y que la prima de riesgo "aún siendo volátil, no está mal".
Sin embargo, para Rajoy, la noticia del día es que finalmente haya habido acuerdo sobre Grecia en el seno de la Unión Europea: "Esto es muy importante y hay que darle el valor que tiene. Lo que da la UE es un mensaje nítido, claro, entendible y contundente. El euro es irreversible", y aún remató el presidente incidiendo en que "por paradójico que pueda parecer, esto es muy positivo para España".
Las cifras de la OCDE se conocen sólo 48 horas antes de que su secretario general, Ángel Gurría, se traslada el palacio de la Moncloa par mantener un despacho de trabajo con Rajoy.