Juan Pedro Hernández Moltó se ha desahogado, según su propia expresión, este martes, en el Congreso. El expresidente de la Caja de Castilla-La Mancha (CCM) ha acudido a la Comisión de Economía de la Cámara Baja, que retomaba las comparecencias que se iniciaron en el verano, dentro de la subcomisión destinada a explicar qué pasó en las cajas de ahorros españolas.
En lo que respecta a su entidad, la primera de las intervenidas por el Banco de España, en marzo de 2009, Hernández Moltó ha eludido cualquier tipo de responsabilidad en su quiebra. La CCM era una caja "con los máximos niveles de solvencia", "referente en muchas cosas", que se gestionó "con la máxima profesionalidad" y que cumplía con "todas las exigencias de transparencia". De hecho, hasta comienzos de 2008, según Moltó, "tuvo una trayectoria muy satisfactoria".
Claro, con este panorama, es lógico que los ciudadanos se pregunten qué pudo pasar para que una entidad que, según el relato de su presidente era modélica, pudiera ser la primera intervenida dentro de un sistema financiero en el que menudeaban los problemas. La respuesta, según Hernández Moltó, habría que buscarla en una "campaña mediática y política que generó pánico y alarmismo". Vamos que la culpa es del Banco de España, que "se precipitó", del PP de Castilla-La Mancha, por irse del Consejo de la caja en mitad de la crisis, y de los medios, que informaron de que existía una fuga de depósitos en marcha.
Aunque pueda parecer algo exagerado, éste es exactamente el relato de los hechos que ha presentado el ex presidente de CCM. En su opinión, la crisis de la caja comenzó "con una noticia en los Yébenes", en la que se aseguraba "la quiebra cierta" de la entidad. Moltó asegura que la clave de todo negocio financiero radica en la "confianza" y ésta se evaporó como por ensalmo, en mitad de un clima de "pánico y alarmismo", desatado por una "campaña mediática y política". Así, CCM perdió "3.000 millones de euros en depósitos, sin que ninguna administración saliera al paso de lo que se publicaba en los medios". Y de esta manera, como si fuera una consecuencia del destino, una entidad con los "máximos niveles de solvencia" tuvo que ser intervenida por el Banco de España.
En este punto, Hernández Moltó también ha buscado culpables en el entorno de la caja. Así, el PP de Castilla-La Mancha habría empujado en el camino de la quiebra, al salirse del Consejo de la entidad, incrementando el clima de desconfianza que habían desatado los medios. Y también el Banco de España (dirigido en aquel momento por Miguel Ángel Fernández Ordóñez, exsecretario de Estado con el PSOE) tiene su cuota de culpa para el expresidente de CCM. En su opinión, el organismo "se precipitó", para "alertar a los navegantes" y conseguir "un ambiente más dócil y colaborador" en el proceso de reestructuración del sector que entonces comenzaba.
En su debe, Moltó apenas ha hecho una referencia genérica a "errores de estrategia" dentro de un entorno de "competencia feroz y exceso de crédito". A esta conclusión ha llegado después de todos estos años. Un espacio de tiempo que le ha servido para "para pensar y sufrir mucho".
"Un gran negocio"
Quizás la parte más sorprendente de la comparecencia de Hernández Moltó haya llegado cuando se ha referido al papel de la caja en el desarrollo del Aeropuerto de Ciudad Real, el faraónico proyecto nacido en mitad de la meseta y que ahora languidece, sin viajeros ni aviones. En su opinión, éste es "un gran proyecto", "lógico" en el desarrollo territorial de la zona y que reportará beneficios "más pronto que tarde, a cualquiera que se implique en el mismo".
El expresidente de CCM ha asegurado que meses antes de su cierre, las posibilidades de su negocio de desarrollo logístico había sido valorado en 850 millones y su operativa aeroportuaria en 1.200 millones. Todo ello, en un proyecto que tenía un coste de 450 millones de los que la caja aportó 170. Moltó ha recordado que éste fue un proyecto "privado", aunque claro, luego no ha omitido que en su gestación estaba implicada la Junta, el ayuntamiento de Ciudad Real, la universidad, la diputación... y la caja. Lo que no ha explicado es cómo puede ser que un negocio de 2.000 millones (cinco veces más que su coste) permanece cerrado, sin que ningún inversor internacional se haya interesado en el mismo.
En defensa de las cajas
Y si sorprendentes han sido sus palabras sobre el Aeropuerto de Ciudad Real, no menos llamativa ha sido su defensa de las cajas de ahorros, un modelo de entidad financiera del que ha dicho que "molestan por su independencia", porque se preocupan de "intereses públicos y no intereses particulares". Para Moltó, aquéllos que querían "cargarse las cajas, han ganado".
En este sentido, el ex presidente de CCM asegura que "las echaremos de menos. No han sucumbido a la crisis económica sino a la crisis de opinión". Y ha acabado con un frase misteriosa, dirigida al sector bancario, supuesto beneficiario del cierre de las cajas públicas: "Los que quieren acabar con las cajas hablan de la banca como un dechado de virtudes. No vayamos a poner a las zorras a guardar las gallinas".
Tras Hernández Moltó, está prevista la comparecencia de Miguel Blesa, expresidente de CajaMadrid. Estas intervenciones arrancaron en julio, a raíz de la polémica suscitada en torno a la nacionalización de Bankia, lo que permitió citar en el Congreso entre otros a Rodrigo Rato, presidente de Caja Madrid, y al exgobernador del Banco de España Miguel Ángel Fernández Ordóñez, pero ya no se retomaron en septiembre, como se había anunciado.