Rocío González y Teresa Olea decidieron hace apenas un año lanzarse al mundo empresarial con su propia línea de bolsos y bailarinas hechas a mano. Teresa, arquitecto, y Rocío, abogado, son amantes de los zapatos y siempre han tenido la espinita de crear algo propio. En diciembre del año pasado este sueño se materializó en Canden Garden. Además, Rocío y Teresa son cuñadas y se conocen desde hace más de diez años.
Estas dos jóvenes empresarias son un ejemplo de tesón y esfuerzo ya que, a parte de sus respectivos trabajos y sus propias familias, roban horas al reloj para dedicárselas a Canden Garden. Ambas nos cuentan en una entrevista a Libre Mercado de dónde sacan el tiempo para su profesión, su familia y su aventura empresarial.
Pregunta (P): ¿Cuándo decidisteis convertiros en empresarias y diseñadoras?
Respuesta (R): Siempre hemos tenido muchas inquietudes comunes desde que nos conocemos. Nos lanzamos a la aventura con una primera colección de bolsos y zapatos.
P: ¿Qué ha sido lo más complicado para lanzar vuestra marca?
R: Lo más tedioso fue encontrar fabricante. A día de hoy hay un competidor bestial que es el mundo asiático en el que no queríamos entrar. Pensábamos en hacer una fabricación mucho más artesanal, cuidar los detalles. No nos importaba manejar menos volumen siempre y cuando pudiésemos controlarlo. Pensamos incluso en ediciones limitadas para controlar siempre la calidad de todo el proceso.
P: A la hora de decidir la localización, ¿en qué os fijasteis?
R: En España el mercado del calzado es bastante puntero. Con el tema de los bolsos hicimos sondeos en Marruecos, pero al final vimos que la piel de buena calidad no es la de Marruecos, es la de España. Por el clima, el mejor cuero es el español. Las telas las elegimos siempre de diseñadores nacionales y, al final, decidimos lanzarnos a la aventura con un producto 100% español.
Nuestros fabricantes están en la zona de Alicante. En el mercado del calzado decir que es made in Spain es sinónimo de calidad. Muchas marcas extranjeras de alta gama como Prada o Loewe fabrican en España.
P: Con el grifo del crédito totalmente cerrado por la crisis, ¿cómo conseguisteis la financiación?
R: La inversión inicial ha sido con nuestros ahorros. Además, tuvimos la suerte de hacerlo antes de hipotecarnos las dos, porque a lo mejor hoy día no hubiésemos podido hacerlo. Las dos nos metimos en la compra de una vivienda, lo cual nos limitaría mucho más. La inversión no fue muy elevada porque queríamos hacer un lanzamiento más limitado y probar cómo iba funcionando.
P: Lo que teníais claro es que queríais que fuese una tienda online.
R: Sí, a través de Internet se puede llegar a todo el mundo. Las ventas por este canal cada vez están más de moda y están creciendo más. A nivel costes también es, obviamente, mucho más económico. No obstante, también tenemos integración en tiendas físicas porque no puedes renunciar a estar en los comercios. El problema del calzado es que venderlo por Internet es complicado y no todo el mundo está todavía familiarizado con las compras en la red.
P: ¿Cómo se lo tomaron vuestras familias cuando, con la que está cayendo, lanzais Canden Garden?
R: El apoyo fundamental fue el de nuestros maridos. Nuestros padres y el resto de familiares quizá nos tomaron menos en serio. Ahora que están empezando a ver resultados parece que se lo van creyendo.
P: ¿No os asustó la complicada situación que atraviesa España, la caída del consumo?
R: Nos dijimos: "O es ahora o nunca". Nuestras vidas van evolucionando y más tarde, probablemente, hubiese sido difícil. Hay que ser valiente.
P: ¿Cuál es vuestra gama de productos?
R: Nos hemos especializado en las bailarinas, nos actualizamos con respecto al mercado con mocasines y babuchas. De momento, los bolsos los hemos dejado un poco aparcados, pero volveremos a lanzarlos cuando estemos asentados en el tema calzado.
P: ¿Cómo se puede competir con el mercado asiático en este sector?
R: Hay incluso marcas de precio alto y españolas que conocemos que fabrican fuera. El mercado asiático compite a nivel precio, pero la calidad es mucho más baja. Nosotros hemos querido posicionarnos en otro nivel, centrarnos en la calidad.
P: Centrándonos en el diseño, ¿cómo definís vuestra colección?
R: Nuestros zapatos van desde chicas jóvenes hasta señoras de 60 años. Las bailarinas son muy polivalentes y tienen un diseño diferente, pero no demasiado moderno. El estilo es serio y nos gusta decir que tienen un toque urban chic en colores y materiales. Huimos del prototipo fashion victim, no queremos un producto que se pase de moda a los dos meses, queremos estar en el mercado.
P: ¿En qué se diferencian vuestras 'Juanitas' del resto de bailarinas que hay en el mercado?
R: Cuidamos mucho los detalles. A nivel diferenciador, en nuestras Juanitas los gemelos que tienen detrás son su seña. Queríamos unas bailarinas diferentes, con diseños distintos y con una seña de identidad. El detalle es casi un guiño al mundo del toreo y a lo español, es el adorno de pasamanerías, ese typical spanish fino.
P: Tener una empresa en común siendo amigas y familia, ¿no es más complicado y asusta por si acarrea problemas a nivel personal?
R: Sí, mucho (risas). En uno de nuestro primeros encuentros que tuvimos para oficializar el tema es aclarar que las cosas que molestan o incomodan se cuenten en el momento. Esas crisis duran dos días y son intensas, pero se retoma todo con mucha más energía y sin rencores.
P: ¿Qué consejos daríais a los que quieran emprender?
R: Ganas, ilusión y mucho trabajo. Hace mucho que no tenemos vacaciones, pero una vez que te embarcas en una aventura no es para abandonar el barco, es para trabajar al 100%. Recomendaría no sobredimensionar tu propia empresa y tu propio negocio hipotecándose hasta las cejas sino con lo que puedas asumir.