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El Eurogrupo no permitirá que España pida un rescate al FMI

La posibilidad de que Moncloa baraje pedir ayuda al FMI para saltarse las condiciones de Merkel es una "tontería", según Bruselas. No lo consentirían.

Con la prima de riesgo situada nuevamente en el umbral de los 450 puntos básicos, la pasada semana volvió a resurgir con fuerza el debate acerca del posible rescate de España. La palmadita otorgada el pasado miércoles por el comisario de Asuntos Económicos, Olli Rehn, a las políticas de Mariano Rajoy ha sido interpretada como una invitación amistosa para que España, finalmente, se acoja al mecanismo de asistencia europeo antes de que se recrudezca la tensión sobre la deuda nacional.

El Gobierno sigue mostrándose reticente a tal petición, ya que es consciente de que el rescate implicará condiciones adicionales con un alto coste político -las reformas y los ajustes son impopulares-. Bruselas parece ahora dispuesta a abrir algo la mano, después de que Rehn afirmara que España no precisa poner en marcha nuevas medidas de ajuste para cumplir el objetivo de déficit en 2012 y 2013. Pero, en el fondo, poco importa lo que opinen las autoridades comunitarias, ya que será Alemania -y sus aliados del norte- los que tengan la última palabra en esta materia.

Berlín insiste en la necesidad de profundizar en las reformas y aplicar más recortes de gasto para poder salir de la crisis. La senda de austeridad pública que pretende imponer la canciller germana, Angela Merkel, a los países más débiles del euro choca con la posición que mantiene el propio Rajoy, volcado ahora en tratar se suavizar los objetivos de déficit y, en última instancia, lograr un rescate light (suave) que no implique exigencias extra como las impuestas a Grecia, Irlanda y Portugal. Pero el recetario alemán también es rechazado, de forma aún más explícita, por el propio Fondo Monetario Internacional (FMI) y su principal baluarte, EEUU.

Tanto el FMI, en manos de la francesa Christine Lagarde, como la Casa Blanca, ocupada por el recién reelegido Barack Obama, coinciden en que "España no puede caer", al tiempo que defienden una política presupuestaria más laxa y un papel mucho más activo del BCE para solventar la crisis de deuda europea. Este posicionamiento está siendo visto desde Moncloa como una oportunidad para poder esquivar la estricta austeridad que pretende imponer Berlín.

Según las informaciones publicadas el pasado jueves, el Gobierno estaría barajando la posibilidad de solicitar en solitario un "crédito preventivo" al FMI como alternativa al rescate europeo. De este modo, España evitaría las duras condiciones de Merkel al tiempo que, siendo el FMI miembro de la troika, el BCE podría reactivar igualmente las compras de deuda española.

Su mera conjetura es una "tontería"

Esta posibilidad ha causado sorpresa entre los analistas y las propias autoridades comunitarias. Según el banco suizo UBS, "sin entrar en la veracidad de la información", puede existir "una razón de peso" para que Rajoy quiera probar esta vía: "El FMI podría permitir a España una senda de austeridad más fácil de la que exigiría la UE". Sin embargo, la entidad lo ve del todo inviable por tres razones: el Eurogrupo no lo consentiría; el BCE no compraría bonos españoles; y, además, es "muy posible" que el propio FMI rechace esta opción si la UE se niega a participar, "especialmente teniendo en cuenta el tamaño potencial del programa" de rescate que precisaría España.

Efectivamente, con independencia de que Moncloa estudie o no esta vía, la posición de las autoridades comunitarias a este respecto es diáfana. La zona euro se cierra en banda ante la sola idea de que el Gobierno de Rajoy pudiera acudir en solitario al FMI en busca de ayuda, saltándose a sus socios europeos. Esta posibilidad ha sido desmontada por varias fuentes europeas consultadas por Libre Mercado.

El BCE no compraría deuda

De hecho, su mera conjetura es calificada de "tontería", y recuerdan que el BCE ya dejó claras sus normas: sólo activará su munición salvaestados (compra masiva de deuda) siempre y cuando el país en apuros pida un rescate a sus socios europeos y se someta, por tanto, a sus condiciones. El nuevo mecanismo del BCE exige pedir asistencia, única y exclusivamente, a los fondos europeos de rescate. Así pues, se descarta por completo que el BCE pudiera prestarse a ese juego. "La condición necesaria para activar el OMT [programa de compra de bonos] es estricta y va ligada a un programa apropiado del EFSF y del ESM [fondos de rescate]". La participación del Eurogrupo es ineludible para que el BCE pueda comprar deuda, añaden.

Por ello, en Bruselas tachan dicha opción de "ridícula" y, a juzgar por la reacción, de casi exótica su sola mención. Según el portavoz de Rehn, el supuesto plan español "no tiene sentido". Es más, algunas fuentes diplomáticas elevan el tono de sorpresa e incluso bromean con jugarse el sueldo de todo un año a que "los países de la zona euro no permitirían que España pidiera ayuda al FMI y no a ellos". Y advierten: "El BCE no aceptará, de ningún modo, que España se salte al Eurogrupo". 

Así pues, el Gobierno de Rajoy, que sigue estudiando la posibilidad de agarrarse al salvavidas del BCE, deberá tomar una decisión sabiendo que, en todo caso, tendrá que someterse a las condiciones de sus socios -muchas de las cuales el propio Rehn ha admitido que ya cumple- y, por tanto, a la luz verde de Parlamentos tan claves como el de Berlín.

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