Aunque esgrime respeto al derecho a la huelga, el ministro de Economía Luis De Guindos no comparte el paro general convocado para mañana y se muestra temeroso de sus efectos, al recordar que, para salir de la crisis, es necesario "general certidumbre, y no incertidumbre".
Además, De Guindos ha reconocido durante la reunión con sus colegas europeos en Bruselas que la insostenibilidad de la deuda griega no es un problema exclusivamente griego, sino que, además, influye en la prima de riesgo de nuestro país. España, con una "exposición importante" a la deuda helena (concretamente, de 25.000 millones), aboga por "aliviar" a los griegos y trabaja, junto con los socios del euro, para que el próximo martes 20 de noviembre, se desbloquee la ayuda que Atenas necesita para no suspender pagos de forma inmediata.
Por lo demás, De Guindos ha repetido por segunda jornada consecutiva que España mantiene su compromiso con Europa para reducir el déficit, un esfuerzo que el ministro considera "ineludible y razonable".
España, por el momento, también respira tranquila ante la perspectiva de que sus entidades financieras reciban la primera inyección de capital, ya pactada en julio, en los primeros días de diciembre, tal y como estaba previsto. Eso y la transferencia de activos al banco malo, según De Guindos, devolverá la credibilidad perdida al sector bancario español.