La inflación en Argentina sigue en niveles insostenibles, al menos la que muestran los índices provinciales que quedan fuera del control del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC), es decir, del Gobierno de Kirchner. No obstante, con el cepo cambiario estrechándose día a día, la inflación parece haber pasado a un segundo plano, pero sigue siendo el problema más importante de la República, alrededor del cual giran los demás.
Hace no mucho, con un billete de 100 pesos (el de más alto valor en la Argentina) se podían comprar muchas cosas en el supermercado. De hecho, en muchos establecimientos dar cambio cuando pagabas con un billete de esta suma era muy complicado, e incluso a veces no lo aceptaban. Ahora, con la misma cantidad, puedes comprar apenas un litro de detergente, tres litros de leche, algo de fruta y poco más, según informa el diario Clarín.
El billete ha perdido cerca de un 70% de poder de compra desde 2006, según un cálculo de la consultora independiente Abeceb. Tomando en cuenta la evolución de la inflación en los últimos años, "para adquirir aquéllo que hoy se compra por 100 pesos, sólo se necesitaban 31,50 pesos" hace seis años, señalan.
Otro ejemplo significativo de esta subida generalizada de los precios en Argentina es el coste de los remises. Un remis es un coche de alquiler con conductor muy utilizado en la República, sobre todo por los turistas. Hace seis años, un trayecto en un trasporte de este tipo desde el Aeropuerto de Ezeiza (Buenos Aires) hasta cualquier lugar del centro de la ciudad de la capital argentina costaba menos de 100 pesos. Ahora, el coste del mismo trayecto se eleva a 270 pesos.
Según informa Clarín, los analistas económicos advierten de que va a ser necesario emitir billetes de denominación más alta para resolver problemas de cambio y de falta de efectivo. Hasta ahora, "el Gobierno evitó hacerlo por temor a un aumento de las expectativas inflacionarias", explican los analistas. Sin embargo, los bienes cuestan más y se necesitan cada vez más billetes para comprarlos, el mayor ejemplo de hiperinflación.
Detrás del aumento generalizado y sostenido de los precios en Argentina hay muchos factores, pero la política económica del país uno de los más importantes. La única meta del Gobierno ha sido maximizar el crecimiento a cualquier precio, es decir, sin considerar el efecto inflacionista que esto generaría. Durante décadas se han instaurado en el país políticas intervencionistas en precios, restricciones a la importación y grandes inyecciones monetarias, entre otras medidas.
El peso argentino se deprecia un 70% en seis años
Para adquirir aquello que hoy se compra por 100 pesos, sólo se necesitaban 31,50 pesos.
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