El Gobierno se pone como prioridad que las previsiones de la Comisión Europea queden en papel mojado, toda vez suponen revisar muy a la baja las suyas haciendo tambalear su calendario de recuperación: leve mejoría en 2013 y salida de la crisis e indicios de crecimiento en 2014. Pero, junto a este compromiso, desde el Ejecutivo se admite con la misma intensidad que el contexto es muy complicado, "lo que nos obliga a todos a ser bastante prudentes con lo definitivo" de estos informes.
Así, el gabinete de Mariano Rajoy puso en cuarentena tanto los papeles de Bruselas como los confeccionados por el Ministerio de Economía. Algo "obligado", dijo Soraya Sáenz de Santamaría, ante "un contexto internacional difícil, de recesión generalizada". "Nos preocupa la situación mundial. No es lo mismo cumplir cuando todo va bien, que cuando todo va regular o mal", añadió. Traducido: España quiere cumplir con sus compromisos de déficit, pero no se lo están poniendo fácil desde fuera.
Si la situación económica fuera distinta, arguyen a modo de ejemplo, el balance de las exportaciones sería más positiva y habría más movimiento. Pero todo está parado. De hecho, en privado, varios ministros de distinto perfil declaran que una de las soluciones podría ser que, antes de diciembre, Bruselas abriera la mano y permitieran una nueva negociación del objetivo de déficit, situado en el 6,3% para el año en curso. "Estamos siendo el mejor alumno del conjunto, cumpliendo todas las reformas. Pero no todo depende de España, hay muchos factores externos que nos están impidiendo dar signos más positivos", expuso esta semana un miembro del Ejecutivo.
La vicepresidenta no fue tan lejos. Puso un énfasis desconocido en lo virulento del panorama internacional, pero recalcó que "el Gobierno tiene que hacer lo que tiene que hacer". Se está trabajando "intensamente" para llegar a meta, también las comunidades autónomas. E incidió: "Nuestra tarea es cumplir lo que nos hemos marcado".
El plan de Rajoy para lograrlo no es nuevo: reformas a todos los niveles a la par que una exigencia clara a las instituciones comunitarias para que se avance hacia la unión fiscal y bancaria. Se sigue considerando "inadmisible" que la presión sobre España sea tan elevada, demasiado a tenor de "la fortalezas" de nuestra economía, según coinciden varias fuentes consultadas.
Amén de esto, la portavoz destacó que el Ejecutivo sigue buscando soluciones y, a modo de respuesta a la Comisión -que reclamó a las bravas más ajustes-, anunció reformas en clave de "ahorro" y también "estructurales" que "nos permitan cambiar nuestro sistema". Paso a paso, en línea con el camino emprendido para adelgazar la administración pública, y que este viernes dio un nuevo paso con una importante reducción del parque automovilístico de más del 50%. "En materia de administración, habrá muchas y contundentes", se insiste, pese a que los recortes que pide la Comisión son para dentro de dos años.
En ocasiones, el Ejecutivo siente cierta soledad con respecto a Bruselas. Y es consciente, así lo dicen, que en lo que falta de año las cosas podrían ponerse feas: Grecia vuelve a dar signos de inestabilidad e incluso podría darse una nueva crisis de Gobierno, llegan las negociaciones de unos presupuestos clave para España y Angela Merkel ya está más centrada en las elecciones, dicen, que en "salvar al euro". Un cóctel que podría hacer saltar por las nubes la prima de riesgo, aseveran. Pero, de momento y así lo dejó claro Sáenz de Santamaría, aún no hay tomada una decisión sobre la petición o no del denominado rescate.