El secretario de Estado de Seguridad Social, Tomás Burgos, ha asegurado que habría que elevar la edad de acceso a la jubilación anticipada a los 65 años y la parcial a los 63.
"La edad de jubilación anticipada habría que elevarla en coherencia con el resto de las pensiones, así, si la edad legal de jubilación es de 67 años, los trabajadores podrían anticiparla a los 65", ha dicho. Burgos, ha subrayado que hasta que se cambie la ley "se respetarán los compromisos adquiridos", pero ha insistido en cambiarla porque a medio y largo plazo el efecto económico "será muy significativo".
En cuanto a la parcial, Burgos ha propuesto aumentar un 50% la jornada de los jubilados a tiempo parcial y subir a 33 (desde los 30 actuales) los años de cotización para poder acceder a esta modalidad de jubilación. De salir adelante esta propuesta del Gobierno, el jubilado parcial tendría que realizar una jornada laboral del 37,5% como mínimo, en lugar del 25% establecido en la actualidad.
Durante su comparecencia en la Comisión del Pacto de Toledo para evaluar los cambios en las jubilaciones anticipadas y parcial, así como la posibilidad de compatibilizar la jubilación con un trabajo, Burgos ha subrayado que la jubilación parcial es un mecanismo "muy privilegiado" con cargo "exclusivo" a la Seguridad Social.
Según Burgos, los jubilados que optan por esta modalidad en muchos casos ni siquiera cumplen con las horas que deberían hacer y trabajan de forma "poco compatible" con el contrato de relevo. Aunque todavía no ha entrado en vigor la última reforma de pensiones, acordada en 2011 por el anterior gobierno socialista y los agentes sociales, Burgos ha dicho que las normas no son intocables, ni los errores que contienen deben ser "irremisiblemente arrastrados".
Además, ha planteado que sea compatible seguir trabajando mientras se cobra la pensión, y ha puesto como ejemplo que si una cuarta parte de los pensionistas siguiera trabajando por el 60% de su salario el ahorro para el sistema podría llegar a casi 500 millones al año.