Hace 6 años era tarea imposible encontrar a algún joven español dispuesto a acudir a los viñedos franceses, pero ahora unos preocupantes datos de desempleo juvenil y un jugoso sueldo han disparado las solicitudes para acudir a los campos del país vecino.
Y es que las condiciones de trabajo en la vendimia francesa son bastante más atractivas que en la española. Allí el salario mínimo que cobra un vendimiador es de 9,40 euros/hora, cuantía que se incrementa según la región donde se trabaje o en función de las horas extras realizadas. Por lo tanto, en una campaña de 20 días el trabajador se embolsa entre los 1.500 y 2.000 euros.
En España, el salario mínimo por desempeñar las mismas funciones se paga a 6,5 euros la hora, por eso no es de extrañar que la famosa vendimia francesa se haya saldado este año con 14.700 temporeros nacionales, según la Federación de Industria y Trabajadores Agrarios (Fitag) de UGT. De esta cuantía, 10.600 proceden de Andalucía, 1.200 de Comunidad Valenciana, 600 de Murcia, 600 de Castilla-La Mancha y 1.700 del resto de las comunidades autónomas. Otro dato que llama la atención es que por primera vez se han desplazado más hombres que mujeres, debido al aumento de desempleados en el sector de la construcción.
El perfil de los españoles que acuden a la recogida de la uva es muy amplio, "abarca todo tipo de edades y niveles de cualificación", asegura Javier Bermúdez, uno de los creadores de la Guía Trabajar en la Vendimia en una entrevista a Libre Mercado. "En los últimos años se ha notado muchísimo cómo cada vez hay gente más joven, con estudios y preparación y también la presencia de antiguos trabajadores de la construcción".
A principios de agosto comienza el periodo de campaña con el acondicionamiento de los terrenos; septiembre es el mes de mayor intensidad de producción, donde se incrementan las ofertas de trabajo; y ya a finales en octubre concluye la temporada con la recogida de la uva pasa, para preparar el famoso Cognac.
Javier Bermúdez trabaja en las zonas de Languedoc-Rosellón y la Pronvenza. En toda Francia hay vendimias y cualquier zona es recomendable aunque las más famosas son Chateneauf du Pape, Borgoña, Bourdeux, y como no, Languedoc-Rosellón.
Y es que las condiciones de trabajo en la vendimia francesa son bastante más atractivas que en la española. Allí el salario mínimo que cobra un vendimiador es de 9,40 euros/hora, cuantía que se incrementa según la región donde se trabaje o en función de las horas extras realizadas. Por lo tanto, en una campaña de 20 días el trabajador se embolsa entre los 1.500 y 2.000 euros.
En España, el salario mínimo por desempeñar las mismas funciones se paga a 6,5 euros la hora, por eso no es de extrañar que la famosa vendimia francesa se haya saldado este año con 14.700 temporeros nacionales, según la Federación de Industria y Trabajadores Agrarios (Fitag) de UGT. De esta cuantía, 10.600 proceden de Andalucía, 1.200 de Comunidad Valenciana, 600 de Murcia, 600 de Castilla-La Mancha y 1.700 del resto de las comunidades autónomas. Otro dato que llama la atención es que por primera vez se han desplazado más hombres que mujeres, debido al aumento de desempleados en el sector de la construcción.
El perfil de los españoles que acuden a la recogida de la uva es muy amplio, "abarca todo tipo de edades y niveles de cualificación", asegura Javier Bermúdez, uno de los creadores de la Guía Trabajar en la Vendimia en una entrevista a Libre Mercado. "En los últimos años se ha notado muchísimo cómo cada vez hay gente más joven, con estudios y preparación y también la presencia de antiguos trabajadores de la construcción".
A principios de agosto comienza el periodo de campaña con el acondicionamiento de los terrenos; septiembre es el mes de mayor intensidad de producción, donde se incrementan las ofertas de trabajo; y ya a finales en octubre concluye la temporada con la recogida de la uva pasa, para preparar el famoso Cognac.
Javier Bermúdez trabaja en las zonas de Languedoc-Rosellón y la Pronvenza. En toda Francia hay vendimias y cualquier zona es recomendable aunque las más famosas son Chateneauf du Pape, Borgoña, Bourdeux, y como no, Languedoc-Rosellón.
Requisitos y aspectos a tener en cuenta
Para trabajar en la vendimia francesa no es necesario tener experiencia en el sector y tampoco, para tranquilidad de muchos, hablar francés. Los únicos puestos que requieren de preparación o experiencia son los realizados en bodega. "Es cierto que no es un trabajo para personas delicadas, pero cualquiera con unas condiciones físicas medias puede realizar esta actividad sin ningún problema", explica Javier. "Hemos visto casos de compañeros que por la fatiga se han ausentado algunas horas o algún día y luego han retomado su trabajo. Obviamente, esas horas no se les paga, pero aún así no suele ser tomado como motivo de despido por parte del propietario".
Para los iniciados en la vendimia, el experto recomienda que tengan paciencia y "que se concentren en superar los dos primeros días, el resto les será más liviano e incluso comenzarán a disfrutar, todo requiere de una adaptación".
Para los iniciados en la vendimia, el experto recomienda que tengan paciencia y "que se concentren en superar los dos primeros días, el resto les será más liviano e incluso comenzarán a disfrutar, todo requiere de una adaptación".
Lo mejor para buscar un empleo en la vendimia es tener contacto directo con el propietario y acordar una fecha para empezar a trabajar. "Por ello, nosotros hemos creado una recopilación de contactos de la zona de la Provenza y, próximamente, lanzaremos la guía de Languedoc-rosellón". También se puede buscar trabajo a través de portales web de empleo. En cuanto al contrato de trabajo, "lo normal es tener un contrato verbal vía telefónica o mediante email. No será hasta una vez llegado allí cuando el contrato se realice formalmente", explica Javier.
Hay que tener en cuenta que existen muchísimos grupos que llegan a Francia en autobús, con viñedos previamente concertados donde trabajar. Habitualmente, estos grupos ya están cerrados, por lo que encontrar uno en el que incorporarse sin tener vínculos de amistad o familia resulta bastante complicado. En la Guía Trabajar en la Vendimia se centran, sobre todo, en las personas que deciden ir por su cuenta, "tal como nosotros lo hicimos nuestra primera vez, dando consejos y contactos con los potenciales viñedos ofertadores de empleo."
Para encontrar alojamiento, los temporeros tienen tres opciones:
Hay que tener en cuenta que existen muchísimos grupos que llegan a Francia en autobús, con viñedos previamente concertados donde trabajar. Habitualmente, estos grupos ya están cerrados, por lo que encontrar uno en el que incorporarse sin tener vínculos de amistad o familia resulta bastante complicado. En la Guía Trabajar en la Vendimia se centran, sobre todo, en las personas que deciden ir por su cuenta, "tal como nosotros lo hicimos nuestra primera vez, dando consejos y contactos con los potenciales viñedos ofertadores de empleo."
Para encontrar alojamiento, los temporeros tienen tres opciones:
- Demandar al propietario un recinto habilitado para los temporeros, o al menos baños y cocina comunes.
- Disponer de autocaravana o coche-caravana.
- Acampar en el mismo viñedo dónde están trabajando o en algún camping cercano.
El transporte y la comida no están incluidos en la mayoría de los casos. "Sí que se realiza habitualmente una gran cena o comida al final de la campaña y en algunos sitios aún acompaña la tradición de hacer un almuerzo para los trabajadores, aunque este hecho se está extinguiendo", explica Bermúdez.
¿Qué encontrarás en la guía?
- Datos de ayuda para el desplazamiento y estancia en el destino.
- Condiciones y características del trabajo.
- Más de 1.200 contactos con propietarios y empleadores.
- Contacto con los viñedos que mayor mano de obra requieren.
- Importancia de las explotaciones biológicas en la búsqueda.
- Métodos de búsqueda a través de agencias de empleo temporal.
- Vocabulario, preguntas útiles, modelos estándar de Carta de Presentación y Currículum Vitae. Todo ello correctamente traducido en francés, para facilitar la comunicación con el propietario.