Los barceloneses aportan, con sus impuestos, un porcentaje muy superior a la caja común de la Generalidad catalana de lo que recibe su provincia en inversiones reales. Sólo en infraestructuras, el Gobierno regional debería gastarse un 24% más en las comarcas barcelonesas si quisiera mantener el criterio que defiende para toda España. Según la retórica nacionalista, esto es un "expolio fiscal" de manual. Sin embargo, ni Artur Mas, ni Josep Antoni Duran i Lleida, ni Joan Puigcercos, ni Joan Herrera, ni ningún otro parlamentario catalán, en el Congreso de los Diputados o en el Parlamento regional, hace nada para evitarlo.
De hecho, hace unos meses, CiU, ERC, el PSC y el resto de los partidos de la cámara regional vetaron una propuesta de Ciudadanos para hacer públicas las balanzas fiscales de Cataluña. ¿Cómo puede ser? ¿No es la cuestión de las balanzas fiscales y del "expolio" impositivo una de las principales reivindicaciones nacionalistas? Pues parece que sólo en parte... justo en la que les interesa a ellos.
El debate
Por lo visto, en las últimas semanas es evidente que el debate independentista se jugará en el campo económico. El principal argumento, repetido una y otra vez, es que las regiones más pobres de España se están aprovechando de Cataluña. Para los nacionalistas está claro que los catalanes aportan mucho más a la caja común de lo que recibe su región en inversiones. Por eso, han pedido en reiteradas ocasiones al Gobierno español que publique las balanzas fiscales entre las diferentes autonomías, para que quede clara la diferencia entre los impuestos que paga cada región y lo que se gasta allí el Estado. Es más, desde el Gobierno catalán se le ha puesto una cifra a este "expolio" (así es como lo denominan): el 8% del PIB.
En Libertad Digital hemos defendido siempre la poca lógica que tiene la discusión sobre las balanzas fiscales dentro de un Estado. Más allá de la evidencia de que el sistema de financiación autonómico es muy mejorable, plantear un juego de sumas y restas entre regiones no tiene demasiado sentido por varias razones:
- En primer lugar, hay que recordar una vez más que los territorios no pagan impuestos. Un catalán que gane 100.000 euros paga lo mismo que un extremeño en la misma situación.
- Por otra parte, es muy difícil tanto imputar los gastos como los ingresos. Por ejemplo, ¿cómo se cuenta el IVA que pagan los andaluces cuando compran un producto de una empresa catalana? ¿Y cómo se reparte el gasto efectuado en el AVE Madrid – Barcelona?
- En todos los países del mundo, es normal que el Estado invierta más, en términos relativos, en las regiones menos pobladas o más pobres. Hacer una carretera de 10 kilómetros en Madrid o Barcelona cuesta lo mismo que en las demás provincias, pero en un caso puede dar servicio a un millón de personas y en Palencia o en Lérida quizás sólo comunique dos pueblos de unos pocos cientos de habitantes. Si dividimos la inversión por cabeza, siempre saldrá que estos últimos han recibido mucho más que los primeros.
Por todo esto, entre otras cosas, los expertos tienen numerosas discusiones sobre qué criterios utilizar para calcular las balanzas fiscales. Pero ningún razonamiento ha evitado que los nacionalistas las hayan reclamado una y otra vez. Es más, el pasado 19 de julio el Pleno del Parlamento catalán aprobó una resolución para que en los Presupuestos de la región de cada año se incluyan la balanza fiscal de la autonomía con el resto de España.
La petición de Ciudadanos
Sin embargo, si se entra en el juego de las balanzas fiscales, lo lógico sería llegar hasta el final. Ésta es la razón por la que Ciudadanos presentó una propuesta en el Parlamento catalán el pasado febrero para incluir las balanzas fiscales de las provincias, las comarcas y los grandes municipios catalanes. El argumento del partido de Albert Rivera parece irreprochable. Éste es el texto que presentaron ante la Mesa de la Cámara:
"Si el Gobierno de España y el Gobierno de Cataluña consideran que es oportuno publicar las balanzas fiscales entre la totalidad de las comunidades autónomas, de la misma manera será necesario publicar de forma anual el cálculo de la balanza fiscal interterritorial dentro de Cataluña, para así evaluar las inversiones presupuestarias entre las provincias, las comarcas y los principales municipios de Cataluña".
Lo único que pedía Ciudadanos era aplicar dentro de Cataluña los principios exigidos para el resto de España. De hecho, una de las principales acusaciones de Artur Mas, del conjunto de CiU y del resto del nacionalismo catalán es que el Gobierno español no está siendo "transparente" con este tema.
Sin embargo, cuando de lo que se trata es de enseñar sus propios números, los que están a su alcance y podrían publicar mañana, la respuesta fue muy diferente. El debate ni siquiera llegó al pleno y la Comisión de Economía rechazó la propuesta con el voto en contra de todos los grupos, excepto Ciudadanos.
Es más, hace unos días Libre Mercado se hizo eco de la noticia de La Voz de Barcelona en la que se denunciaba que el Gobierno de Artur Mas no publicó un dato que le perjudicaba cuando hizo su presentación sobre balanzas fiscales. Como explicamos, hay cuatro formas más o menos consensuadas sobre el cálculo de estas balanzas. Pues bien, según una de la más utilizada por los expertos, en 2009 Cataluña tuvo un "superávit de más de 4.000 millones". Eso sí, muy pocos catalanes lo sabrán, porque Mas no publicó este dato y los medios de la región han silenciado la noticia. Seguramente, tampoco conocerán el informe que Convivencia Cívica Catalana publicó en primavera y que denunciaba las trampas del presidente de la Generalidad.
¿"Expolio" a Barcelona?
No deja de ser peculiar que quien tanto reclama transparencia no sea capaz de aplicarse a sí mismo la lección. Pero eso es lo que hace el Gobierno de Artur Mas. ¿Por qué? Hay muchas explicaciones posibles, pero un vistazo rápido a los datos nos ofrece algunas respuestas. Eso sí, sólo a las cifras a las que tenemos acceso, porque el Ejecutivo catalán es muy celoso con lo que no quiere que se conozca.
Averiguar cuáles son los ingresos y gastos de la Generalidad por provincias no es sencillo. Pero podemos aproximarnos. En la web de la AEAT, existen estadísticas tributarias que marcan la recaudación del Estado en los diversos territorios de España. Si tomamos el período 2008-2011 como referencia, vemos que en Cataluña se recaudaron 128.012 millones de euros entre todos los tributos (IRPF, Sociedades, IVA, Especiales, etc.). Por ejemplo, para 2011 ver la página 34 de este documento.
De todo ese dinero, 113.792 millones llegaron de contribuyentes barceloneses y el resto de las otras tres provincias. Esto significa que el 88,9% de los tributos que recauda el Estado en Cataluña vienen de Barcelona. Teniendo en cuenta que la mayoría de los ingresos de la Generalidad llegan de estos impuestos, podemos suponer que, probablemente, ésta sea una buena aproximación a los ingresos del Gobierno regional.
Por lo tanto, siguiendo la lógica con la que Artur Mas lleva meses machacando en todos los medios, esto obligaría a la Generalidad a gastarse casi el 90% en Barcelona. ¿Lo hace? Pues parece que no.
De nuevo, es muy difícil conseguir el desglose de los gastos. En los Presupuestos de Cataluña para 2012, sólo algunos apartados aparecen divididos por provincias. Quizás lo más aproximado lo podamos tener cogiendo el cuadro de inversiones reales (capítulo 6 de las cuentas, al que se imputan normalmente los gastos en infraestructuras y otras partidas similares). Es un apartado pequeño dentro de las cuentas, pero es políticamente el más sensible y, como decimos, uno de los pocos en los que aparece desglosado el gasto por territorios (página 96 de este documento).
Como puede verse en la siguiente tabla, las inversiones reales de la Generalidad catalana en el período 2006-2010 ascendieron a una media de 3.520 millones de euros al año (más unos 304 millones "no comarcalizados", es decir, no imputables a ningún territorio en concreto). De esa cantidad, las comarcas de Barcelona se llevaron 2.516 millones, un 71,47%, diecisiete puntos menos de lo que en teoría les correspondería.
Es cierto que en ese período de tiempo Artur Mas no estaba en la Generalidad, pero con estas cifras cualquiera podría imaginarse que el de CiU iba a exigir algún tipo de compensación para Barcelona. Pues no, no ha dicho ni una palabra. Siguiendo su criterio, las inversiones en esta provincia deberían ser de 3.129 millones al año, un 24% más elevadas de lo que les tocó en el lustro 2006-2010.
Como decíamos anteriormente, nuestras cifras no son completas porque la Generalidad elude hacer públicos todos los datos de sus inversiones por provincias. Sin embargo, creemos que tanto la recaudación de la AEAT en Cataluña como las inversiones reales por comarca son una buena aproximación. En cualquier caso, para conocer la cifra exacta sólo queda que Artur Mas publique todos los datos, con pelos y señales. De esta manera, podríamos conocer a cuánto asciende ese supuesto "expolio" fiscal a Barcelona. Para alguien tan preocupado por la "transparencia" no debería ser ningún problema.