La salida de Grecia del euro abarca el riesgo de que se encienda la mecha por Europa y posiblemente incluso a nivel internacional, pudiendo resultar en una crisis económica mundial. Los países afectados podrían incluir no solo a las naciones del sur de Europa o miembros de la UE, sino también EEUU, China y otros países emergentes.
Ésta fue la conclusión alcanzada por una evaluación económica nacional realizada por Prognos AG en nombre de la German Bertelsmann Foundation, que analiza las consecuencias financieras y, por primera vez, también posibles descensos en el crecimiento para Alemania así como para 42 de los países industriales y emergentes más importantes hasta el año 2020 en el despertar de una salida del euro por parte de Grecia u otros países golpeados por la crisis. Los cálculos del escenario presentan a los autores del estudio algunas preocupaciones graves.
Para Grecia, el escenario implicaría insolvencia nacional, una devaluación masiva de la nueva moneda griega, desempleo, caídas en la demanda y muchos otros problemas, efectos que rápidamente dejarán huella en sus socios comerciales directos. Solo en Grecia, las pérdidas de crecimiento ascenderían a 164.000 millones de euros o 14.300 euros por persona hasta 2020, y de 674.000 millones de euros para Europa y el resto del mundo. Ese escenario contempla que tanto los acreedores públicos como privados de Grecia renunciarían a un 60% de sus reclamaciones ante Atenas y que la nueva divisa griega se devaluaría un 50% frente a la moneda única.
Pese a ello, la hipotética salida de la zona del euro de una Grecia en bancarrota sería "soportable", aunque la situación adquiriría dimensiones "catastróficas" si, por contagio, abandonaran la moneda única sucesivamente Portugal, España e Italia. Y es que, según el informe, no es posible eliminar las ramificaciones potencialmente masivas que la salida de Grecia podría suponer para otras naciones golpeadas por la crisis de Europa del sur, alertando así de un posible efecto dominó. "No podría descartarse que los mercados de capitales retiren también su confianza a Portugal, España e Italia, donde también se producirían bancarrotas estatales. La economía mundial caería entonces en una profunda recesión", asegura el análisis.
Prognos AG calcula que en el caso de abandono del euro por los cuatro estados citados las 42 principales economías mundiales tendrían pérdidas en su crecimiento hasta el año 2020 equivalentes a 17,2 billones de euros, entre ellos los 2,9 billones que perdería Francia, 2,8 billones de Estados Unidos, 1,9 billones de China y 1,7 billones de Alemania.
"La comunidad internacional debe evitar que Grecia caiga en la bancarrota y abandone la zona del euro para evitar los efectos dominó" vinculados a esa posibilidad, advierte el análisis del instituto germano. "En la actual situación hay que evitar un incendio en cadena", advierte Art de Geus, presidente de la Fundación Bertelsmann, en el comunicado que presenta el estudio, en el que se señala que una eventual salida sucesiva de Grecia y Portugal del euro conllevaría un elevado riego de contagio para España e Italia.
Efectos muy negativos en EEUU y China
El análisis señala que si a la bancarrota de Grecia se suma Portugal, las pérdidas para las 42 economías más importantes del planeta subirían hasta 2,4 billones de euros, de los que 365.000 millones corresponderían a Estados Unidos y 275.000 millones a China.
Y si España se sumara a la catástrofe esas pérdidas mundiales aumentarían hasta 7,9 billones de euros, de los que, 1,2 billones serían de Estados Unidos y 850.000 millones de euros de Alemania. Las pérdidas per cápita hasta 2020 de los españoles serían de 16.000 euros, aunque para los franceses habrían aumentado a 18.000 euros, para los alemanes en 10.500 euros y para los estadounidenses 3.500 euros.
La situación quedaría totalmente fuera de control si la crisis del euro llegase a un punto en el que Italia también tuviese que abandonar la eurozona. Este escenario llevaría a una dramática recesión internacional y una crisis económica global. Además de las consecuencias puramente económicas, las tensiones sociales y las inestabilidades políticas deben tenerse en cuenta, principalmente en los países que salen de la UE, pero también en otras economías.
El peligro de encender la mecha con todas las consecuencias económicas y políticas, así como los efectos de seguimiento social de una insolvencia nacional y salida del euro de Grecia suponen una amenaza que la comunidad de estados internacional debería intentar prevenir a cualquier coste, incluso fuera de Europa, concluye el informe.