El balance del mercado laboral entre junio y septiembre se salda con una caída de la afiliación a la Seguridad Social (-218.000 efectivos) superior incluso a la del mismo período de 2011, cuando empezaba a gestarse la nueva fase de recaída de la actividad, y un incremento del número de parados inferior al de entonces pero igualmente elevado.
Con estos registros, todo apunta a que la ocupación experimentará en este tercer trimestre del año una corrección similar a la del tercer trimestre de 2011, cayendo hasta 17,28 millones de personas (-4,8% interanual), según el Boletín Avance del Mercado Laboral Afi-AGETT correspondiente al mes de octubre. El menor aumento relativo del paro registrado y la evolución de los demandantes de empleo no ocupados (DENOS) sugieren un repunte más contenido del número de parados que, igualmente, haría repuntar la tasa de paro hasta el 25,13%, con una caída de la población activa del -0,2% interanual. El resultado se saldaría con 5,8 millones de desempleados en el tercer trimestre de año.
Prácticamente agotado el ajuste laboral en la construcción y la industria, el sector servicios toma el relevo y se consolida como la principal fuente de pérdida de empleos.
Lo más destacable de los registros de paro y afiliación correspondientes al mes de septiembre, es el comportamiento de la afiliación que augura una fuerte caída de la ocupación para este tercer trimestre.
La reducción fue de 86.200 afiliados, uno de los peores registros mensuales de un mes de septiembre desde 2008. El dato corregido de estacionalidad es igualmente negativo (-58.300 personas). De esta forma, la afiliación a la Seguridad Social ha regresado a los niveles en los que se encontraba en 2004 (actualmente, en 16,8 millones de afiliados).
Los contratos en el mes de septiembre se reducen un 11% interanual, cifra que no se daba desde 2009. Ceden tanto los contratos con carácter temporal (-11,3% interanual) como los indefinidos (-6,4% interanual). Entre estos últimos, ni siquiera los contratos a tiempo parcial, una vía de escape muy utilizada en los meses precedentes, mantienen ritmos positivos de crecimiento interanual, pues se reducen en casi un 3% con respecto a los del mismo mes del año anterior.
Pérdida de empresas
España ha perdido desde junio de 2007 un total de 230.881 empresas y 41.031 en el último año. Tras la entrada en vigor de la nueva reforma laboral en febrero de 2012, el agravamiento del contexto económico y financiero puede haber llevado a las empresas españolas a hacer uso de los cambios regulatorios introducidos en la misma. Una de las variables que permite medir el pulso empresarial es la inscripción a la Seguridad Social que, desde el inicio del año no ha dejado de disminuir (-3,3% interanual en agosto).
Sin embargo, lo interesante no es tanto la variación de este número, sino conocer los flujos (altas y bajas) que se producen a lo largo del mes y que son sintomáticos de la realidad económica a la que se enfrentan las empresas. Así, se observa que, desde finales de 2011, el número de empresas que se han dado de baja en la Seguridad Social no ha dejado de aumentar (+4,8% interanual en agosto, promedio anual), mientras que el de las que han sido dadas de alta se ha mantenido prácticamente constante (+0,9% en agosto promedio anual).
Crecen los ERE
Los Expedientes de Regulación de Empleo (ERE) crecen, en julio, un 44,7% de promedio anual, siendo la Suspensión de Empleo la alternativa más empleada dentro de los ERE. Los trabajadores afectados por Expedientes de Regulación de Empleo fueron, con datos de julio de 2012, un total de 50.647, mientras que el mismo periodo de 2011 fueron 26.156. Es decir, los trabajadores afectados por ERE han aumentado un 93% interanual.
Aunque los ERE no han dejado de crecer desde que se inició el año, este ritmo de crecimiento (44,7%) es muy inferior al observado en el mismo mes de 2009, donde estos Expedientes de Regulación de Empleo crecían alrededor del 800%.
Dentro de las tres alternativas que albergan los ERE (Extinción, Suspensión de Empleo y Reducción de Jornada), la más empleada hasta ahora es, sin duda alguna, la suspensión temporal de empleo, a través de la cual la persona afectada deja de trabajar por completo para la empresa pero mantiene la vinculación laboral con la misma hasta que finaliza el periodo del ERE o ésta reanuda la actividad económica.
Aragón, Extremadura y Navarra incrementan sus ERE a un ritmo superior al 100% en media anual, frente a Castilla-La Mancha, Andalucía o Madrid, donde los ERE aumentan por debajo del 10% promedio anual.