El Tesoro Público tiene que sacar buena nota en las subastas de octubre, un mes complicado para el organismo, que debe afrontar vencimientos por valor de 26.351 millones de euros, según datos del mercado primario a los que ha tenido acceso Europa Press. El Tesoro contará con cuatro oportunidades para superar las dificultades, ya que celebrará un total de cuatro subastas a lo largo del mes: dos de letras, una de bonos y una de obligaciones.
La primera de ellas será la de bonos y se celebrará el jueves 4 de octubre. El martes 16 subastará letras a 12 y 18 meses, el jueves 18 obligaciones y el martes 23 letras a 3 y 6 meses. El Tesoro afrontará este reto con la sombra de un segundo rescate planteando sobre la economía española, y con los deberes exigidos por Bruselas hechos en forma de Presupuestos Generales del Estado.
En el conjunto del ejercicio, el Tesoro tenía que afrontar vencimientos por valor de 130.344 millones, una cantidad un 8,6% superior a la de 2011, cuando la cifra rondó los 120.000 millones. En concreto, el organismo se ha enfrentado a cuatro momentos clave a lo largo del año: febrero, abril, julio y octubre, aunque son también los meses en los que se registran más ingresos fiscales, como suele ocurrir cada año.
La primera fecha importante tuvo lugar en febrero, cuando el Tesoro tuvo que afrontar vencimientos por valor de 14.374 millones, 13.036 millones en letras y 1.338 millones en bonos. En abril, la cifra se elevó a 21.497 millones (9.558 millones en letras y 11.939 millones en bonos), aunque se moderará a 16.991 millones en julio (4.118 millones en letras y 12.873 millones en bonos).
El último vencimiento, el que tendrá lugar en el mes de octubre, será el más difícil para el Tesoro, ya que ascenderá a 26.351 millones (6.085 millones en letras y 20.266 millones en bonos).
A principios de año, el Tesoro optó por sacar al mercado papel a más largo plazo para aprovechar las condiciones de mercado, mejores gracias a las intervenciones del Banco Central Europeo (BCE) en diciembre de 2011 y febrero de 2012. Esta decisión permitió al organismo cubrir gran parte de las emisiones de deuda a medio y largo plazo previstas y mantener una estrategia más prudente después de que se desvaneciera el efecto de las subastas del BCE.
Tras el recrudecimiento de las tensiones en los meses previos al verano por las dudas que generaba la economía española y su capacidad de hacer frente a la crisis de deuda sin ayuda, el Tesoro decidió refugiarse en el corto plazo para evitar pagar rentabilidades muy elevadas durante largos periodos de tiempo.
La prima vuelve a subir
Sin embargo, el nuevo programa para relajar la presión sobre la deuda anunciado por el BCE ha vuelto a reducir las tensiones y ha concedido un mes de tregua al organismo, que ha cerrado con éxito las últimas emisiones. La euforia no ha durado mucho y los mercados empiezan a acusar el silencio del Gobierno español, que sigue sin dejar claro si pedirá o no más ayuda a Europa.
En este contexto, la prima de riesgo, que llegó incluso a perder los 400 puntos básicos, ha vuelto a repuntar y ronda ahora los 460 puntos, a pesar de las últimas reformas anunciadas por el Gobierno.