Los afectados por las famosas participaciones preferentes emitidas durante años por las entidades financieras no son los únicos perjudicados por este tipo de activos. Miles de pequeños ahorradores tienen atrapado su dinero en las aportaciones financieras subordinadas que llevan emitiendo desde hace varios años empresas como Fagor y Eroski.
Estos productos fueron comercializados, principalmente, por Caja Laboral, entidad perteneciente a Mondragón Corporación Cooperativa (MCC), grupo considerado por muchos como el principal entramado empresarial e industrial del nacionalismo vasco, y al que también pertenecen las dos empresas antes mencionadas.
Las preferentes vascas se vendieron para ampliar el capital social de ambas empresas asegurando a sus clientes que su capital inicial siempre estaría garantizado. El problema es que la realidad era bien distinta. La Asociación de Usuarios de Servicios Financieros (Ausbank) está recibiendo numerosas quejas de ciudadanos que invirtieron en dichos activos y que no han recibido la contraprestación garantizada por el grupo.
El producto es deuda subordinada perpetua, es decir, no se puede recuperar el capital principal invertido de manera automática. El dinero se puede rescatar al vender esas aportaciones en el mercado secundario. De hecho, desde que empezaron a emitirse las aportaciones de Eroski en 2002 (que fue la primera en lanzarse al mercado con este tipo de productos), la mayoría de clientes han obtenido amplias rentabilidades y han logrado venderlas en el mercado recuperando su inversión inicial.
El problema es que la situación del mercado ha cambiado mucho desde entonces. Muchos otros ahorradores, sobre todo los que compraron aportaciones de ambas empresas en la emisión de 2007, están viendo ahora que no pueden recuperar su dinero.
Estos inversores "recibieron antes del verano una carta en la que se les comunicaba que el mercado AIAF (que era donde las aportaciones se negociaban hasta ahora) se había bloqueado desde la CNMV por la situación económica y comenzaban a cotizar en el SEND. Para venderlas tienen que dar una orden, pero el precio del mercado actual es mucho menor y nunca van a recuperar su inversión inicial. El mercado está a la baja y seguirá así durante un tiempo", ha afirmado en declaraciones a Libre Mercado, Isabel Iglesias, delegada de Ausbank en Guipúzcoa.
Los afectados consideraban que era un depósito fijo y que a los cinco años podían recuperar íntegramente su inversión, ya que "desde el banco les aseguraban que ellos amortizaban anticipadamente su capital en ese plazo. La sorpresa se la llevaron cuando fueron al banco a por su dinero y les dijeron que no podían sacarlo a menos que pusieran a la venta las aportaciones", asegura Iglesias.
Estos productos fueron comercializados, principalmente, por Caja Laboral, entidad perteneciente a Mondragón Corporación Cooperativa (MCC), grupo considerado por muchos como el principal entramado empresarial e industrial del nacionalismo vasco, y al que también pertenecen las dos empresas antes mencionadas.
Las preferentes vascas se vendieron para ampliar el capital social de ambas empresas asegurando a sus clientes que su capital inicial siempre estaría garantizado. El problema es que la realidad era bien distinta. La Asociación de Usuarios de Servicios Financieros (Ausbank) está recibiendo numerosas quejas de ciudadanos que invirtieron en dichos activos y que no han recibido la contraprestación garantizada por el grupo.
El producto es deuda subordinada perpetua, es decir, no se puede recuperar el capital principal invertido de manera automática. El dinero se puede rescatar al vender esas aportaciones en el mercado secundario. De hecho, desde que empezaron a emitirse las aportaciones de Eroski en 2002 (que fue la primera en lanzarse al mercado con este tipo de productos), la mayoría de clientes han obtenido amplias rentabilidades y han logrado venderlas en el mercado recuperando su inversión inicial.
El problema es que la situación del mercado ha cambiado mucho desde entonces. Muchos otros ahorradores, sobre todo los que compraron aportaciones de ambas empresas en la emisión de 2007, están viendo ahora que no pueden recuperar su dinero.
Estos inversores "recibieron antes del verano una carta en la que se les comunicaba que el mercado AIAF (que era donde las aportaciones se negociaban hasta ahora) se había bloqueado desde la CNMV por la situación económica y comenzaban a cotizar en el SEND. Para venderlas tienen que dar una orden, pero el precio del mercado actual es mucho menor y nunca van a recuperar su inversión inicial. El mercado está a la baja y seguirá así durante un tiempo", ha afirmado en declaraciones a Libre Mercado, Isabel Iglesias, delegada de Ausbank en Guipúzcoa.
Los afectados consideraban que era un depósito fijo y que a los cinco años podían recuperar íntegramente su inversión, ya que "desde el banco les aseguraban que ellos amortizaban anticipadamente su capital en ese plazo. La sorpresa se la llevaron cuando fueron al banco a por su dinero y les dijeron que no podían sacarlo a menos que pusieran a la venta las aportaciones", asegura Iglesias.
Colocadores de las AFS de Eroski
De hecho, Eroski ha lanzado una nueva emisión de aportaciones este año. La empresa especifica en su web que se trata de "un producto que se emite a perpetuidad, es decir, no tiene fecha de vencimiento determinado. Sin embargo, EROSKI podría amortizar anticipadamente, de forma total o parcial, la emisión después del quinto año de la fecha de desembolso".
La realidad es que, según Iglesias, "ahora ni tan siquiera los gestores del banco les dicen lo que pasa porque en muchos casos ni ellos saben las características del producto". Recuperar la inversión inicial en este producto es mucho más complicado que en las preferentes emitidas por las entidades bancarias. Es un activo que se ha movido "por confianza y por ignorancia de los usuarios. Son productos financieros subordinados, hay que explicarlos porque son complejos, híbridos, es renta fija y variable", asegura Ausbank.
Tal y como está hoy el mercado colocar estas aportaciones subordinadas supone una quita de entre "el 50% y el 60%", afirman. Los intereses, además, están referenciados a algo variable, como son los resultados de las empresas. "Todo esto no lo saben porque nadie se lo ha explicado" a los clientes, asegura la delegada, y eso es "una obligación del banco".
Perfil del inversor
La confianza que dan estas dos empresas, y el grupo Mondragón en general, en el País Vasco ha hecho que sean principalmente pequeños ahorradores de la zona los que han adquirido las aportaciones subordinadas.
"Son personas que no tienen un historial de inversión agresivo, pequeños ahorradores, que habían tenido productos a plazo fijo y que en el vencimiento les ofrecieron las aportaciones", asegura. Es la confianza asociada a la marca lo que les lanzó a meter sus ahorros en este producto. Iglesias añade que están recibiendo muchas llamadas de la zona y, pese a no tener de momento una cantidad global de afectados, lo que sí asegura es que las cantidades van desde un mínimo de 10.000 hasta un máximo de 300.000 euros.
"Son personas que no tienen un historial de inversión agresivo, pequeños ahorradores, que habían tenido productos a plazo fijo y que en el vencimiento les ofrecieron las aportaciones", asegura. Es la confianza asociada a la marca lo que les lanzó a meter sus ahorros en este producto. Iglesias añade que están recibiendo muchas llamadas de la zona y, pese a no tener de momento una cantidad global de afectados, lo que sí asegura es que las cantidades van desde un mínimo de 10.000 hasta un máximo de 300.000 euros.
¿Qué pueden hacer los afectados?
La resolución del conflicto es complicada. Aparte de que cada caso es muy diferente, es un producto con tres actores principales: el afectado, las empresas emisoras (Eroski y Fagor) y el banco que las ha comercializado (principalmente Caja Laboral, pero también BBVA, Sabadell...).
Ricardo, uno de los afectados, asegura a Libre Mercado que confió en lo que le dijo su gestor de toda la vida de Caja Laboral. "Le conocía desde hace muchos años. Se lo han hecho a sus propios trabajadores y accionistas, ¿qué no nos van a hacer a nosotros?", asegura. "Cuando fui a mi oficina de Caja Laboral de toda la vida, donde había comprado las preferentes, para que me devolviesen mi dinero, me dijeron que era imposible y querían seguir robándome ofreciéndome un crédito por esa cantidad", explica.
"Vamos dando pasitos, que es ir haciendo boicot a todo el grupo Mondragón. Vamos, por ejemplo, a los supermercados Eroski donde antes comprábamos y les decimos que dejamos de comprar ahí por lo que nos han hecho. Nos han estafado". Ricardo pide a todos los que estén en su situación que hagan lo mismo y, de hecho, está organizando una plataforma de afectados. Asegura que "cuando consigamos quitarles el número suficiente de clientes, ellos necesitarán equilibrar la balanza y querrán hablar con nosotros".
Desde la Asociación de Usuarios de Servicios Financieros son bastante pesimistas y aseguran que los inversores nunca van a recuperar su imposición inicial. "Vamos afectado por afectado porque cada caso es muy particular, las medidas que estamos llevando a cabo son individualizadas. La forma de comercialización puede ser distinta", indica Iglesias.
En algunos casos, "el suministro de la información precontractual fue nula y los bancos están obligados a dar esa información". Lo que intentan desde Ausbank es llegar a un arreglo con el banco antes de acudir a la vía judicial, pero "las entidades bancarias se defienden con uñas y dientes igual que los afectados". No obstante, la solución que suelen dar es sustituir el producto por otro como, por ejemplo, acciones de ambas empresas. "Es dar un caramelo envenenado, te dan la liquidez fácil", añade.
Ricardo, uno de los afectados, asegura a Libre Mercado que confió en lo que le dijo su gestor de toda la vida de Caja Laboral. "Le conocía desde hace muchos años. Se lo han hecho a sus propios trabajadores y accionistas, ¿qué no nos van a hacer a nosotros?", asegura. "Cuando fui a mi oficina de Caja Laboral de toda la vida, donde había comprado las preferentes, para que me devolviesen mi dinero, me dijeron que era imposible y querían seguir robándome ofreciéndome un crédito por esa cantidad", explica.
"Vamos dando pasitos, que es ir haciendo boicot a todo el grupo Mondragón. Vamos, por ejemplo, a los supermercados Eroski donde antes comprábamos y les decimos que dejamos de comprar ahí por lo que nos han hecho. Nos han estafado". Ricardo pide a todos los que estén en su situación que hagan lo mismo y, de hecho, está organizando una plataforma de afectados. Asegura que "cuando consigamos quitarles el número suficiente de clientes, ellos necesitarán equilibrar la balanza y querrán hablar con nosotros".
Desde la Asociación de Usuarios de Servicios Financieros son bastante pesimistas y aseguran que los inversores nunca van a recuperar su imposición inicial. "Vamos afectado por afectado porque cada caso es muy particular, las medidas que estamos llevando a cabo son individualizadas. La forma de comercialización puede ser distinta", indica Iglesias.
En algunos casos, "el suministro de la información precontractual fue nula y los bancos están obligados a dar esa información". Lo que intentan desde Ausbank es llegar a un arreglo con el banco antes de acudir a la vía judicial, pero "las entidades bancarias se defienden con uñas y dientes igual que los afectados". No obstante, la solución que suelen dar es sustituir el producto por otro como, por ejemplo, acciones de ambas empresas. "Es dar un caramelo envenenado, te dan la liquidez fácil", añade.