El presidente de la Generalidad, Artur Mas, ha empleado como argumento el supuesto expolio fiscal que España realiza con Cataluña para exigir al Gobierno central el famoso Pacto Fiscal, cuyo rechazo ha abierto de par en par la vía independentista en la clase política de la región. Pero el sueño de Mas, más allá de independencia, es el de convertir a Cataluña es una especie de estado asociado a España, imitando así el modelo de Puerto Rico en EEUU. "Yo no quiero la independencia; yo quiero que Cataluña sea como Puerto Rico", confesaba recientemente Mas a un grupo de empresarios catalanes.
Los datos oficiales, sin embargo, desmontan por completo la primera argumentación, al tiempo que arrojan un resultado sorprendente en caso de materializarse la aspiración nacionalista del líder de CiU. Así, por un lado, tal y como avanzó Libre Mercado, las cifras de Hacienda referidas al sistema de financiación muestran que Cataluña recibe cuatro veces más que Madrid en el reparto autonómico, desmontando por completo el discurso victimista de Mas.
Pero lo que tampoco dicen los nacionalistas es que su modelo ideal, el de convertir a Cataluña en una especie de estado asociado a España, no sólo permitiría que esta región aportase aún menos dinero a la financiación autonómica y, por tanto, al resto de regiones, sino que, de hecho, la situaría como la nueva región más subsidiada de España. Esto es, precisamente, lo que demuestra el análisis de las transferencias fiscales en el seno de EEUU, es decir, entre el Gobierno federal y los distintos estados.
El modelo federal estadounidense permite un elevado grado de autonomía fiscal a los estados, de forma que cada gobierno recauda sus propios ingresos para cubrir tanto sus servicios públicos esenciales como sus necesidades financieras. Pese a ello, el Gobierno federal tiene un gran peso -creciente con el paso del tiempo- dentro de la estructura administrativa. Washington también recauda sus propios impuestos pero, posteriormente, distribuye el gasto entre los distintos territorios mediante sus programas federales de asistencia social, tales como el Medicaid, entre otros.
De este modo, el balance de transferencias fiscales comprendido entre 1990 y 2009 arroja como resultado que algunos estados norteamericanos reciben del Gobierno federal mucho más de los que pagan a Washington en impuestos, mientras que en otros sucede justo lo contrario -aportan más de lo que reciben-. Así, en las dos últimas décadas, el Gobierno federal recaudó en Delaware 211.000 millones de dólares, mientras que tan sólo gastó 86.400 millones en ese estado. La diferencia, casi 125.000 millones de euros aportados a Washington, suponen ni más ni menos que el 206% del PIB de Delaware.
Puerto Rico, el estado más subsidiado
El dato que llama la atención es, casualmente, el de Puerto Rico, ya que ocupa el lado opuesto de la tabla. Es decir, ha sido el estado más subsidiado de EEUU en los últimos veinte años: Washington tan sólo recaudó en este país asociado 73.700 millones en dólares en impuestos federales, pero gastó 256.000 millones. La diferencia, 182.000 millones, refleja que el Gobierno federal transfirió a Puerto Rico el equivalente al 291% de su PIB en el período analizado. Sólo en 2010, recibió del Gobierno central 17.300 millones de dólares, pero sólo aportó 4.350 millones, según muestran las estadísticas oficiales de su Gobierno.
Dicho de otro modo, el proyecto de Mas, de llegar a culminarse al estilo de Puerto Rico, haría que Cataluña pasase de ser una región aportadora de recursos financieros al resto de CCAA -aunque en menor medida que Madrid- a convertirse en la región más subsidiada de España. Es decir, los españoles pasarían a financiar a los catalanes. Cataluña, al estilo puertorriqueño, se convertiría en receptora neta de recursos procedentes del Gobierno central, de forma más sustancial incluso que el resto de regiones.