Ausencia de austeridad pública y de contención fiscal, y todo ello aliñado con unas previsiones de crecimiento económico que han quedado desfasados como resultado de la intensificación de la crisis económica. Así se resume el anteproyecto de Presupuestos Generales del Estado (PGE) para 2013 aprobado este jueves en el Consejo de Ministros.
Previsiones económicas irreales
Luis de Guindos aseguró durante la rueda de prensa tras la reunión del Ejecutivo que el Gobierno se encuentra "confortable" con su previsión de caída de la economía del 1,5% del PIB para este año, una proyección que considera "cauta y prudente", y recalcó que de igual modo ocurre con las previsiones gubernamentales para 2013, en donde se mantiene la previsión de que el PIB caiga un 0,5%. Hay que destacar que el cuadro macroeconómico es clave a la hora de estimar correctamente la evolución de gastos e ingresos presupuestarios.
El problema es que las estimaciones oficiales del Gobierno han quedado desfasadas, a la vista de las últimas revisiones de PIB que están efectuando tanto los organismos internacionales como nacionales. Así, el Banco de España avanzaba este mismo miércoles que los datos disponibles del tercer trimestre sugieren que el PIB español siguió cayendo "a un ritmo significativo" hasta septiembre, tras cerrar junio con un descenso interanual del 1,3%.
Y lo preocupante es que la agencia de calificación de riesgos Standard & Poor's (S&P) empeoró esta misma semana en ocho décimas la previsión de recesión para España en 2013, hasta una caída del 1,4% del PIB, casi tres veces más que el -0,5% incluido en los PGE, al tiempo que también ha rebajado sus expectativas sobre el conjunto de la zona euro. Si se produce esta desviación del PIB con respecto a lo que contemplan los Presupuestos, habrá más gasto público y menos ingresos de los previstos por el Gobierno.
Más gasto público
En materia de gastos, los PGE reflejan que el Estado gastará en 2013 más que en 2012. El gasto total de la Administración Central (sin contar el capítulo IX, en el que se incluyen los vencimientos de la deuda) subirá un 5,6% respecto a 2012, de 160.842 a 169.775 millones -casi 9.000 millones más-. El Gobierno destaca el recorte en el gasto de los ministerios, que cae un 8,9% interanual, de los 43.605 a los 39.722 millones.
Sin embargo, el aumento del pago de intereses de la deuda, que se situará en casi 38.600 millones de euros en 2013 -10.000 millones más que en 2012-, y las mayores aportaciones del Estado a la Seguridad Social para hacerse cargo de las prestaciones no contributivas -hasta un total de 15.554 millones, 6.662 millones más que en 2012-, arrojan como resultado un incremento del gasto estatal el próximo año. Y esto es, precisamente, lo que importa a los inversores.
Más subidas de impuestos
Además, los contribuyentes tendrán que afrontar nuevas subidas fiscales en 2013. La lista de nuevos tributos y de subidas de los ya existentes es larga: pagarán los empresarios, los que se compren una casa, los que tengan un importante patrimonio e, incluso, aquellos a los que les toque el Gordo de Navidad. Las nuevas tasas e incrementos tributarios pretenden recaudar 4.375 millones de euros extra en 2013.
De este modo, la partida de ingresos no financieros se situará en 124.044 millones de euros frente a los 119.233 millones del pasado año, es decir, un 4% más a nivel interanual. El Gobierno pretende recaudar en total 4.811 millones de euros más que en 2012. Y ello, en medio de una recesión económica.
Por último, la deuda pública española continuará su crecimiento el próximo año, hasta superar el 80% del Producto Interior Bruto (PIB), por encima del nivel del 75,9% en el que se encuentra en la actualidad.