A las 14:00 horas de este miércoles, las páginas digitales de The Wall Street Journal, Financial Times y Reuters coincidían en el tema que ocupaba la mayor parte de su portada: España. No es normal que estos medios internacionales coincidan en su noticia de apertura, salvo en casos excepcionales, en los que un evento significativo lo merece. Pero quizás aún más significativo es la forma en la que trataban la crisis española: numerosos reportajes, columnas de opinión, editoriales, entrevistas, galerías de fotos... Y a media tarde, varias de las noticias más leídas de estas webs tenían como protagonista la política y la economía española.
La sensación general es que esta semana se está formando la tormenta perfecta: desafío independentista en Cataluña, protestas violentas en las calles, negativa de la UE a que se recapitalice directamente la banca y preocupantes cifras de déficit público. De hecho, las noticias negativas se suceden, mientras todo el mundo espera al jueves y el viernes, cuando tendrán lugar el Consejo de Ministros que aprobará el proyecto de Presupuestos Generales del Estado y se conocerá el informe de Oliver Wyman sobre las necesidades de recapitalización de la banca española. Y en el horizonte a muy corto plazo, aparecen los vencimientos de deuda de octubre, un mes decisivo para el Tesoro, en el que tiene que hacer frente a más de 30.000 millones de euros y varias subastas.
Con este panorama, no es extraño que la prima de riesgo y el Ibex hayan tenido una de las jornadas más complicadas del año. El principal indicador de la bolsa española se ha desplomado un 3,92%, perdiendo el nivel de los 8.000 puntos. Mientras, el diferencial entre el bono español a diez años y el alemán se disparaba casi 50 puntos y superaba los 460 puntos, cuando hace dos semanas lograba cerrar por debajo de los 400.
Los problemas crecen
- Recapitalización bancaria: la causa principal detrás de la fuerte caída del Ibex y de la subida de la prima de riesgo posiblemente esté fuera de España. Alemania, Holanda y Finlandia recordaban que no habrá recapitalización directa de la banca sin unas estrictas condiciones y que, en cualquier caso, no afectará a los 100.000 millones ya comprometidos, que serán considerados como deuda del Estado. Con esta decisión, presionan aún más las ya delicadas finanzas públicas españolas y aumentan las dudas sobre la capacidad del Gobierno de hacer frente a todas sus obligaciones.
- Déficit público y Presupuestos Generales del Estado: tampoco habrá ayudado conocer las cifras de déficit hasta agosto presentadas el martes por Marta Fernández Currás. Cada vez parece más complicado que España cumpla con el objetivo acordado con Bruselas y este nuevo traspiés obligará al Gobierno a endurecer aún más los recortes en los nuevos Presupuestos que presentará este jueves. Evidentemente, esto generará más tensión en las calles y el Ejecutivo ya asume que se enfrenta a un curso político que será muy caliente.
- Cataluña: en mitad de esta situación, lo único que le faltaba al Gobierno era un desafío independentista como el lanzado por Artur Mas esta misma semana. A la incertidumbre económica se unen de esta manera, las dudas sobre el futuro político del país. En mitad de una crisis tan profunda, un proceso secesionista tendría consecuencias imposibles de prever. Y tampoco eso ayudará a traer confianza a inversores y analistas.
Aunque cada uno de estos temas es muy diferente, es evidente la conexión entre todos ellos. De esta manera, los analistas de los medios internacionales relacionan el reto de Mas con las reformas anunciadas una y otra vez y nunca realizadas, mientras se preguntan qué credibilidad le quedaría al Gobierno de España si vuelve a incumplir el objetivo de déficit. Mientras, el calendario avanza y todo apunta a que el rescate es inminente, aunque fuentes cercanas a Moncloa señalan que se retrasará al menos hasta las elecciones en Galicia y el País Vasco. La pregunta es si el país podrá aguantarlo.