El presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán, ha abogado por crear un regulador único en la Unión Europea que impulse una política energética común y propicie la creación, cuanto antes, de un mercado de la energía europeo, informó la compañía en un comunicado.
En su intervención en Londres en la FT Global Energy Leaders Summit 2012, Galán defendió que para lograr este mercado común sería necesario tanto potenciar las interconexiones como armonizar la fiscalidad, eliminar los subsidios y suprimir las tarifas oficiales.
Así, recordó que es clave cumplir el objetivo de la Unión Europea de que ningún estado miembro siga siendo una isla energética tras el año 2015, y respaldó que los precios se fijen de una manera transparente y recojan todos los costes, de cara a propiciar una liberalización real del sector y que los consumidores hagan un uso racional de la energía.
Galán también aseguró que las cargas impositivas y las primas deben ser homogéneas, dado que estas están forzando un cambio en el mix de producción en algunos países y creando barreras que impiden a las compañías competir en el contexto europeo.
De esta manera, el presidente de Iberdrola señaló que esa política energética común debe enviar a los operadores las señales adecuadas para que sepan cuánto y en qué tecnologías han de invertir e insistió en que la seguridad regulatoria es imprescindible para el sector eléctrico, clave para salir de la crisis y que puede convertirse en un motor de crecimiento y recuperación económica.
Así, recordó que la industria eléctrica representa el 5% del PIB europeo, invierte unos 50.000 millones de euros al año y da empleo directo a alrededor de 750.000 personas, a millones, si se tiene en cuenta el indirecto.
Sin embargo, destacó que la realidad es que el actual contexto de incertidumbre en la eurozona, derivado de la escasa claridad en la política energética, la lentitud en la transposición de las directivas europeas y la cambiante y poco predecible regulación energética, está afectando a las posibilidades y el coste de financiación de una industria intensiva en capital y provocando la huida de los inversores hacia empresas de Estados Unidos, Reino Unido y economía emergentes, que cuentan con marcos estables.
Escasa racionalidad económica
Así, el presidente de Iberdrola, que detalló que un inversor que hubiera invertido un euro en una eléctrica en la eurozona a finales de 2007 habría perdido hoy el 58% de su inversión, mientras que solo hubiese perdido el 7% de la misma en Reino Unido o Estados Unidos, puso como ejemplo lo sucedido en los últimos años en algunos países como España, donde se ha apoyado el desarrollo de tecnologías renovables inmaduras, fotovoltaicas y termosolares, mediante incentivos cuya racionalidad económica es escasa.
Galán subrayó que estas medidas regulatorias estrangulan a las compañías tradicionales, recortando sus ingresos y obligándolas, incluso, a financiar a estos nuevos competidores, siendo la consecuencia final el cierre, por razones políticas o fiscales, de plantas cuya producción es mucho más barata y que en muchos casos ni siquiera emiten CO2.
En su intervención, Galán también destacó la manera de hacer política energética en Reino Unido, donde la compañía opera a través de ScottishPower, y señaló que en este sentido las actividades de distribución y transporte cuentan con sendos marcos estables y predecibles, hasta 2012 y 2015, respectivamente, que garantizan la rentabilidad de las inversiones y que se acaba de aprobar un marco adecuado para la producción mediante energías renovables para el periodo 2013-2017.
Asimismo, ha incidido en la importancia de cerrar la reforma del mercado de generación cuanto antes, de cara a establecer unas condiciones atractivas para las nuevas plantas en desarrollo, especialmente las nucleares y las de ciclo combinado de gas.