La aerolínea irlandesa está de plena actualidad en España desde que el pasado 26 de julio tres de sus aviones tuvieran que aterrizar de emergencia en el aeropuerto de Manises (Valencia) por falta de combustible. La Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA), dependiente del Ministerio de Fomento, abrió entonces una investigación para determinar "las responsabilidades en las que podría haber incurrido" la low cost.
En las últimas semanas, la compañía líder en España -con más de 30 millones de pasajeros al año- se ha convertido de la noche a la mañana en objetivo de duras y continuadas críticas por parte de medios de comunicación, pasajeros, políticos e incluso el propio sector aeronáutico. De poco han servido las explicaciones del presidente de la aerolínea, Michael O'Leary. La compañía negó la existencia de fallos de seguridad e insistió en que cada uno de los tres aparatos, ahora investigados, tenía suficiente combustible a bordo, por encima de los 90 minutos que se precisan para un aterrizaje. Cabe destacar que dichos vuelos fueron desviados de Barajas (Madrid) a Manises y obligados a volar en círculo sobre el aeropuerto valenciano durante casi una hora, "lo que no es normal", aseguraba O’Leary.
Ahora, la más mínima incidencia en un vuelo de Ryanair es objeto de atención pública. Mientras, Fomento amenaza con endurecer el régimen sancionador e incluso con retirar la licencia de vuelo a la compañía, pese a que tal competencia reside en Bruselas. "Nunca se permitirá que haya low seguridad", afirmaba el lunes la ministra del ramo, Ana Pastor.
De este modo, el Gobierno parece poner en duda la seguridad de la aerolínea irlandesa, pero ¿existen fundamentos para tales reticencias? Según la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (Aesa), la compañía acumula ya un total de 1.201 incidentes en el primer semestre del año, liderando dicha estadística a nivel nacional. Este punto, sin embargo, ha sido desmentido por la compañía este miércoles. En una carta remitida a Fomento, O'Leary denuncia que existe una campaña contra la aerolínea ya que muchas otras han incurrido en incidentes similares y éstos no se han dado a conocer en los medios a través de firltraciones provenientes del Ministerio de Fomento.
Pese a todo, con independencia del cruce de acusaciones entre Ryanair y Fomento, una cosa son los incidentes y otra muy distinta los accidentes. Y es que, por incidente se entiende desde el retraso de un vuelo hasta cuestiones relacionadas con las quejas de los pasajeros.
Ninguna víctima mortal desde 1985
Pero en el campo estricto de la seguridad aérea, los datos no arrojan dudas. Ryanair es una de las grandes aerolíneas más seguras del mundo, según muestra el último ranking internacional de seguridad aérea que elabora periódicamente la oficina alemana para la investigación de accidentes aéreos JACDEC.
En concreto, ocupa el puesto 28 de un total de 60 grandes aerolíneas analizadas, por delante incluso de referentes como Alitalia (34), American Airlines (38) y Air France (39). Desde que se fundó, en 1985, tan sólo ha registrado un accidente grave, aunque ningún fallecido, pese a los centenares de miles de vuelos efectuados y los cientos de millones de pasajeros transportados desde entonces. Su puntuación en este ámbito es de 0,058, siendo cero la máxima calificación de seguridad posible, en función de los años operativos de la empresa y el número de vuelos operados, situándose así en la posición media de la tabla de grandes aerolíneas.
Las más seguras del mundo, con una puntuación muy próxima a cero, serían, por este orden, la japonesa All Nippon Airlines, la finlandesa Finnair y la hongkonesa Cathay Pacific Airways; por el contrario, las más inseguras, con una puntuación próxima a los 1,3 puntos, son EgypAir (con seis siniestros y 293 muertos), la sudamericana TAM Airlines (seis accidentes y 336 fallecidos) y China Airlines (ocho accidentes graves y 753 víctimas mortales).
Además, llama la atención que las compañías low cost, mucho más jóvenes que las grandes aerolíneas tradicionales, están bien posicionadas en cuanto a seguridad aérea: Air Berlin, fundada en 1979, ocupa el puesto noveno del ranking; mientras que la británica EasyJet, fundada en 1995, se sitúa en el 19; ambas registran cero accidentes graves y cero víctimas. Es decir, si por seguridad se entiende siniestralidad, las low cost no arrojan dudas al respecto, al menos hasta hoy.
Las incidencias son habituales
Ahora bien, en cuanto a incidencias, son el pan de cada día del sector y, por tanto, ninguna aerolínea está exenta de sufrirlas, tal y como muestran los sucesos que diariamente registran la propia JACDEC o la web The Aviation Herald a lo largo y ancho del planeta
Así, por ejemplo, es cierto que el pasado sábado un vuelo de Ryanair que iba de Londres a Roma saltó nuevamente a los medios nacionales porque los pasajeros sufrieron picaduras de garrapatas, pero se olvida que ese mismo día otras tres aerolíneas registraron incidencias leves: en un vuelo de Aer Lingus una azafata resultó herida; un avión de ABX Air tuvo problemas con el tren de aterrizaje; y otro de American sufrió fallos en una de la alas.
Sin ir más lejos, ayer lunes un avión de la compañía portuguesa TAP que realizaba el trayecto Lisboa-Roma tuvo que aterrizar de emergencia en el aeropuerto de Barajas después de que se detectara humo en la cabina; un vuelo de Lufthansa comunicó una emergencia médica cerca de San Francisco; un avión de Swiss se cruzó con una avioneta en Zurich... Y así sucesivamente, día tras día, pese a lo cual volar en avión sigue siendo uno de los medios de transporte más seguros, solo que en ciertas compañías algo más que en otras.