La agencia de calificación crediticia Moody's considera que el nuevo programa de compras de deuda soberana anunciado por el Banco Central Europeo (BCE) contiene varios elementos positivos para los países en apuros de la periferia del euro, aunque advierte de que estas medidas sólo sirven para ganar tiempo y no resolverán por sí solas la crisis, lo que requiere la intervención de los gobiernos.
"La propuesta contiene varios elementos positivos para los países de la periferia en dificultades", destaca Moody's, que considera que el anuncio de este jueves va en línea con las palabras de Mario Draghi del pasado 26 de julio, cuando aseguró que el BCE "hará lo que sea necesario para preservar el euro".
Asimismo, la agencia señala que el anuncio de que el BCE renuncia a la prioridad de cobro sobre los acreedores privados y la decisión de vincular expresamente estas compras de deuda a la activación de programas preventivos de ayudas por parte de los mecanismos de rescate, junto al relajamiento de los colaterales exigidos, ofrece un mayor rango de actuación a los países interesados y beneficia a los bancos de los países de la periferia.
"Sin embargo, la medida en que estas Transferencias Monetarias Directas (OMT) suponen un cambio respecto a anteriores políticas no debería sobrevalorarse", apunta Moody's, ya que, en el fondo, "existen pocas novedades en esta iniciativa".
De hecho, la calificadora de riesgos subraya la existencia de incertidumbres respecto al nuevo programa, después de que el BCE no precisara qué umbrales de interés considera apropiados para cada país ni qué magnitud de compras de deuda podría llegar a realizar.
"El BCE puede esperar que el anuncio por sí solo será suficiente garantía a los inversores y elimina la necesidad de compras sustanciales, aunque la evolución de la crisis sugiere que esto es improbable y que los mercados pondrán a prueba al BCE", advierte la agencia.
"En cualquier caso, las OMTs, como cualquier otra herramienta de política monetaria, no resolerá la crisis de deuda", afirma Moody's que, no obstante, apunta que estas medidas constatan la voluntad del BCE de hacer todo lo que esté en su mano, a pesar de que sus acciones "no pueden hacer otra cosa que comprar tiempo, tal y como su decisión de enfocarse a comprar bonos a corto plazo reconoce implicitamente".
De este modo, la agencia considera que, mientras los inversores piensen que las autoridades de la eurozona dedicarán este tiempo a impulsar reformas, las OMTs soportarán el acceso a los mercados de los gobiernos y bancos de la periferia, aunque "la responsabilidad definitiva de resolver la crisis reposa en los gobiernos de la zona euro".