Ambas partes quedaron satisfechas. La cumbre empresarial sirvió para despejar dudas y poner posibles proyectos encima de la mesa. Desde Alemania se elogió a España y ésta recogió estos comentarios asegurando que sus empresas pueden estar tranquilas. Las inversiones patrias en el país amigo, de unos 15.600 millones euros, el 1,5 % del PIB (las alemanas ascienden a 26.000, el 2,6 % del PIB), se centran en sectores como las telecomunicaciones, la banca o las infraestructuras, resumió Mariano Rajoy en su discurso de clausura.
El presidente del Gobierno pidió "hacer oídos sordos a muchas cosas que se oyen" y reiteró su hoja de ruta, también en clave comunitaria, y que pasa por avanzar en la integración económica y monetaria. "Se han dado pasos y ojalá antes de fin de año se produzcan más avances", dijo, ante un auditorio repleto, organizado por la CEOE y su homóloga alemana.