El Banco de España (BdE) inyectó el pasado julio préstamos de emergencia por un importe de 402 millones de euros a entidades con graves problemas de solvencia para cubrir necesidades puntuales de liquidez, según refleja el último balance de la entidad.
Este tipo de créditos forman parte de un mecanismo extraordinario de liquidez denominado ELA (emergency liquidity assistance), del que pueden hacer uso los bancos centrales de la zona euro para asistir con carácter puntual a entidades financieras, más allá de la financiación ordinaria que presta el Banco Central Europeo (BCE).
Este hecho fue ampliamente destacado el miércoles por The Wall Street Journal como muestra de los graves problemas de liquidez y solvencia que presenta el sistema financiero español. Sin embargo, las fuentes bancarias consultadas por Libre Mercado restan dramatismo a este hecho por dos motivos.
En primer lugar, la cuantía, ya que los 402 millones de euros inyectados apenas suponen al 0,06% de los activos totales del BdE. En este sentido, la entidad que dirige Luis Linde publicó ayer una nota en donde explica que "la provisión de liquidez a las entidades financieras por vías distintas a las operaciones ordinarias de política monetaria representa una fracción insignificante del préstamo total del Banco de España al sistema financiero". Efectivamente, se trata de una cifra mínima en comparación con los más de 400.000 millones de euros que el BCE prestó al conjunto de la banca española el pasado julio -récord histórico-.
En segundo lugar, las circunstancias excepcionales que atraviesa el sistema financiero nacional. Y es que, el Gobierno -a través del Fondo de rescate bancario (FROB)- aún está a la espera de recibir el primer tramo del rescate bancario procedente de la zona euro, cuyo importe total asciende a un máximo de 100.000 millones de euros. El retraso de esta ayuda ha obligado al Banco de España a inyectar liquidez de emergencia a algunas entidades nacionalizadas para cubrir sus necesidades puntuales de liquidez, pero tales créditos serán devueltos al BdE en cuanto el FROB reciba el dinero de Europa. De hecho, este mismo retraso ha obligado al FROB a inyectar por adelantado 4.500 millones de euros en forma capital a Bankia. De las cuatro entidades intervenidas (Bankia, Novagalicia, Catalunya Caixa y Banco de Valencia), la principal beneficiaria de la inyección de emergencia habría sido Banco de Valencia, según informa Expansión.
La asistencia extra del BdE se trata, por tanto, de un hecho puntual, extraordinario e insignificante -dada su cuantía-. Una especie de préstamo puente, a la espera de que el FROB reciba el rescate europeo, según señalan estas mismas fuentes. De hecho, no es la primera vez que sucede. El BdE llegó a inyectar cuantías superiores al sector bancario -de entre 1.000 y 2.000 millones de euros- en momentos de extrema tensión financiera, como en mayo de 2010 -cuando se anunció el rescate de Grecia- o tras la quiebra de Lehman Brothers a finales de 2008, según muestran sus balances.
Pese a todo, no se trata de un hecho baladí. Que el BdE haya tenido que activar el ELA es una muestra más de que el grifo de la financiación internacional se ha cerrado de par en par para gran parte del sistema bancario español e incluso para la deuda pública nacional, una situación que, además, se ha visto agravada por la creciente retirada de depósitos que sufre España en los últimos meses.
¿Cómo funciona el ELA?
Los bancos centrales de Grecia, Irlanda y Portugal -países rescatados- también han hecho uso de este mecanismo, sólo que en cantidades muy superiores (inyectando decenas de miles de millones de euros a su banca). Que un banco central preste dinero por su cuenta al sector bancario -empleando sus propios fondos- es una práctica inusual, pero legal, siempre y cuando cuente con el visto bueno del BCE.
Los bancos obtienen liquidez del BCE entregando a cambio una serie de activos con una mínima calidad como garantía. Sin embargo, el fuerte deterioro de los activos bancarios -como resultado de la morosidad, la recesión, la caída del precio de los inmuebles, etc.- y la degradación de la deuda pública de países insolventes -bono basura- ha impedido a diversos bancos de Grecia, Irlanda y Portugal obtener dinero del BCE, de modo que sus respectivos bancos centrales se han encargado de cubrir esas necesidades de liquidez extra mediante este mecanismo de financiación extraordinaria.
España acaba de recurrir al ELA, como los tres países ya rescatados, aunque en una cuantía ínfima. En los próximos meses se comprobará si se ha tratado de un hecho puntual -como ya aconteció en el pasado- o si este recurso se convierte en estructural -como pasó en el caso de Irlanda y, sobre todo, Grecia tras sus respectivos rescates soberanos-.