El BCE anunciará, previsiblemente, este jueves su nuevo plan de compra de bonos para apoyar a países en problemas, como España e Italia, pero la medida a adoptar podría convertirse en una mera prolongación del programa vigente.
Según informa Bloomberg este miércoles, el borrador de actuación diseñado por el BCE incluiría la compra ilimitada de deuda pública a corto plazo -hasta tres años-, pero esterilizada, es decir, sin que ello implique inyectar dinero extra al sistema monetario, tal y como acontecía hasta ahora con el programa vigente desde 2010 -la compra de bonos (préstamos) se neutraliza retirando del sistema la misma cuantía inyectada (aumento de depósitos en el BCE)-.
De este modo, el BCE descartaría fijar una rentabilidad máxima para la deuda periférica, tal y como se venía especulando en las últimas semanas. Además, el plan, bajo el posible nombre Monetary Outright Transactions (transacciones monetarias directas), se centraría únicamente en adquirir bonos gubernamentales con vencimiento de hasta tres años y no en un espectro más amplio de activos. Por otra parte, su activación conllevaría estrictas condiciones económicas y fiscales para los estados beneficiarios, tal y como advirtió el presidente de la entidad, Mario Draghi, el pasado agosto.
Además el BCE estaría dispuesto a renunciar a su prioridad (seniority) sobre el resto de acreedores en el cobro de la deuda soberana que adquiriese en el marco de su nueva estrategia, según han indicado fuentes de la entidad, que, sin embargo, dejaron entrever ciertas diferencias en el seno de la institución sobre la necesidad de esterilizar o no estas nuevas compras.
"Existe un problema si los bancos centrales insisten en su estatus de acreedor preferente, puesto que cuanto mayor sea la participación del sector privado, menor será el interés", apuntó una de las fuentes consultadas que tuvo acceso a los documentos preparatorios de la reunión del BCE del jueves. "Ese es el por qué el BCE aceptará pari passu (en igualdad de condiciones)", añadió.
Así pues, en principio, y a la espera de conocerse los detalles concretos del plan, la medida básicamente consistiría en reanudar la compra de bonos periféricos iniciada en 2010, tras 25 semanas sin realizar adquisiciones adicionales. Los analistas consultados temen que, si bien tales compras reducirán de forma temporal el coste de la deuda a corto plazo, es posible que ello se haga a costa de encarecer los bonos a largo plazo (10 años).