Un grupo de trabajo del Ministerio de Finanzas germano analiza las consecuencias económicas de este escenario.
Libre Mercado
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Urdin dijo el día 24 de Agosto de 2012 a las 13:38:
¿Porque demonios se permite que sea lícito cuestionar, denunnciar y discrepar de la voluntad de pertenecer a una nación soberana y parece impensable que nadie plantee que ya estamos hasta las narioces del euro, de la utopía europeísta y lo que ella significa? Si España no sobrevive espero que Europa se hunda en los mismisimos infiernos y con ella todos los políticos que han apostado por Europa contra España. ¡Ojo por ojo, diente por diente, sangre por sangre y muerto por muerto! Si alguien se toma la molestia de mirar la propaganda de ETA de sus comienzos, se dará cuenta de que esta es paneuropeista y si uno se molesta en consultar la acción de la diplomacia europea de los inicios de ETA observará que era favorable a ETA. Como botón de muestra basta mirar a Francia, Bélgica, Suecia, Alemania e Italia. Pues bien el único modo de disuadir de sus propósitos a un enemigo más poderos es mediante la política de "tierra quemada" hasta que se de cuenta de su ocupación resulta anti-económica. Y el primer paso es la acción civica y la identificación del enemigo.
¿Porque demonios se permite que sea lícito cuestionar, denunnciar y discrepar de la voluntad de pertenecer a una nación soberana y parece impensable que nadie plantee que ya estamos hasta las narioces del euro, de la utopía europeísta y lo que ella significa? Si España no sobrevive espero que Europa se hunda en los mismisimos infiernos y con ella todos los políticos que han apostado por Europa contra España. ¡Ojo por ojo, diente por diente, sangre por sangre y muerto por muerto! Si alguien se toma la molestia de mirar la propaganda de ETA de sus comienzos, se dará cuenta de que esta es paneuropeista y si uno se molesta en consultar la acción de la diplomacia europea de los inicios de ETA observará que era favorable a ETA. Como botón de muestra basta mirar a Francia, Bélgica, Suecia, Alemania e Italia. Pues bien el único modo de disuadir de sus propósitos a un enemigo más poderos es mediante la política de "tierra quemada" hasta que se de cuenta de su ocupación resulta anti-económica. Y el primer paso es la acción civica y la identificación del enemigo.