Poco han tardado los representantes del PSOE en atribuirse el "mérito" de la prórroga de la ayuda de 400 euros que vienen percibiendo los parados de larga duración, anunciada este martes por el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy. El primero en hacerlo ha sido el secretario general del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, que a través de Twitter ha achacado la ampliación de esta retribución a la "presión" ejercida por los socialistas. También el secretario de Organización de los socialistas, Óscar López, ha comparecido para incidir en la misma idea y para advertir que, aunque estarán vigilantes para que el Gobierno "no dé gato por liebre", por primera vez "nos alegramos de que Rajoy haya hecho lo contrario de lo que dijo".
A este respecto, no podemos negar el aluvión de demagogia con el que los socialistas han venido presionando al gobierno en los últimos días, como el hermetismo que ha mantenido el Ejecutivo del PP respecto a lo que iba finalmente a hacer. Sin embargo, el responsable de una decisión es siempre el que finalmente la toma, en este caso el Gobierno, y el único "mérito" que cabe atribuir a los socialistas es el de haber llevado a cabo una política que nos dejó con cinco millones de desempleados, multiplicando el número de parados de larga duración.
Con todo, la sensibilidad y la conciencia del drama que están sufriendo los cientos de miles españoles con familiares a su cargo que no tienen ningún otro tipo de ingreso, no nos debe cegar ante el hecho de que esa situación será igualmente trágica para los que la sufran dentro de seis meses, fecha en la que concluye esta segunda prórroga aprobada por el gobierno del PP. El llamado Plan Prepara se ha presentado desde sus inicios, no como un subsidio, sino como un apoyo para la formación que ayude a la reinserción laboral. Pero lo cierto, sin embargo, es que desde que se puso en práctica los beneficiarios del plan que han accedido a un trabajo han pasado del 26% en sus inicios al actual 6%.
Lo que debía ser evidente, por muchas mejoras que nos anuncie Rajoy en el funcionamiento de esta ayuda, es que el drama del desempleo en general, y el de larga duración en particular, no se va a solventar con estos paliativos si paralelamente no se acomete en el menor tiempo posible profundas reformas dirigidas a liberalizar los mercados y a aligerar el peso y el coste del Estado en favor de quienes están en disposición de crear empleo sostenible y rentable: las empresas. En este sentido, y a modo de ejemplo, ¿es de recibo que conservemos un marco político y legal que, mediante leyes de salario mínimo, proscribe el derecho a tener un empleo por 400 euros al mes, pero que, al mismo tiempo, da derecho a cobrarlos por no trabajar?