La locomotora que tira de la economía europea podría estar frenándose. Desde hace meses, todos los indicadores apuntan a que los grandes países de la Eurozona están comenzando a desacelerar sus ritmos de crecimiento (aquellos que logran crecer, porque España e Italia prevén cifras negativas para este año y el que viene).
Evidentemente, los efectos del terremoto se harán sentir con intensidad no sólo en el Viejo Continente. En EEUU, Obama está muy preocupado porque la recesión en Europa afecte a sus grandes empresas y ponga en peligro la reelección. En China, las grandes empresas exportadoras están viendo caer sus cifras a plomo.
De esta manera, el Ministerio de Economía ha admitido que el PIB de su país tuvo un crecimiento "moderado" en el segundo trimestre del año y, además, que las perspectivas se han enturbiado debido a la fragilidad de la coyuntura mundial.
En un comunicado, en que no se da una cifra concreta de crecimiento, el ministro dice que la economía alemana sigue mostrándose "resistente" a la crisis aunque admite el riesgo de un debilitamiento en los próximos meses. De momento, la tendencia a la mejoría en el mercado laboral persiste, aunque ha perdido dinámica, y los indicadores relativos al consumo y a la producción industrial muestran una situación económica estable.
La ralentización del crecimiento es atribuida por el ministerio ante todo a la crisis de algunos países de la eurozona que, dice el comunicado, "crea inseguridad". Las primeras estimaciones concretas del desarrollo de la economía alemana serán proporcionadas por el ministerio el 14 de agosto.
En la nota de este viernes, el Gobierno germano también ha reconocido que la crisis de deuda de la eurozona ha aumentado la incertidumbre y supone "riesgos significativas" a la baja. En el comunicado, el ministerio germano señala que la economía del país ha demostrado que sigue siendo "bastante robusta" en un entorno europeo "difícil", lo que refleja una vez más su capacidad de recuperación.
Asimismo, destaca que la tendencia en la recuperación de la economía mundial "sigue siendo frágil". De hecho, destaca que el Fondo Monetario Internacional (FMI) revisó ligeramente a la baja recientemente su previsión de crecimiento de la economía mundial para este año y los próximos debido a las tendencias recesivas en la zona euro, al pobre comportamiento de la economía estadounidense y a la incertidumbre en torno a Japón.