El ministro de Asuntos Exteriores de Alemania, Guido Westerwelle, ha expresado su rechazo a que se conceda la licencia bancaria al Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE), el fondo de rescate permanente, y a que el Banco Central Europeo (BCE) reanude la compra de bonos soberanos de países con problemas de financiación, como España o Italia.
En el avance de una entrevista concedida al semanario alemán Focus que se publicará este domingo, Westerwelle alerta del peligro que podría conllevar la ampliación de las competencias del MEDE podría amenazar con la ruptura de la zona euro. "Europa podría caer debido a un exceso de solidaridad", llega a declarar Westerwelle. "Llámenlo que nosotros pidamos unas reformas y otros aboguen por otras", alega.
Asimismo, se opone de "forma categórica" a que el BCE compre deuda española o italiana para aplacar los embates de los mercados que dispara la prima de riesgo y los intereses de los bonos a largo plazo, y acrecienta la desconfianza entre los inversores.
Westervelle asegura que "no imagina que el 'Bundestag', la cámara baja del Parlamento, respalde una política que ampare una responsabilidad conjunta ilimitada para Alemania". "Como diputado, ciertamente no puedo estar de acuerdo con esto", sentencia.
En esta misma línea, Westewelle insiste en que "el Gobierno no puede pactar una responsabilidad conjunta para con la deuda europea o con aquella de origen desconocido". "También es cierto que el debate en marcha por el momento implica otorgar al MEDE una licencia bancaria es incompatible con la Constitución alemana, advierte el titular de Exteriores germano, en la misma línea que el 'Bundesbank', el banco central germano.
"Guardián de los contribuyentes alemanes"
Westewelle, que es diputado por el Partido Liberaldemócrata alemán, miembro de la coalición de Gobierno de Angela Merkel, enfatiza en que su rechazo a sendos mecanismos radica en que, como representante alemán en el 'Bundestag', debe ejercer como "guardián de los contribuyentes alemanes".
En este contexto, el ministro de Exteriores de Alemania apela por "no gastar más, pero sí mejor" y emplaza a la Unión Europea (UE) a que acelere un programa que impulse la competitividad de los países europeos.
Por otra parte, Westervelle puntualiza que Bruselas debe centrarse en la situación de Grecia, a quien exige "más rapidez y disciplina" a la hora de implementar las reformas y los ajustes que demanda la 'troika' –el BCE, la Comisión Europea y el Fondo Monetario Internacional (FMI)– en el marco del segundo rescate concedido a Atenas.
"El asunto clave es asegurar que Grecia permanece en la zona euro", remarca Westerwelle. Sin embargo, critica que el Gobierno de Antonis Samaras "acuerde programas de ayuda y luego cuestione las reformas prometidas". Las fuerzas políticas helenas han mostrado durante un tiempo "un cierto grado de autosuficiencia" que, en la coyuntura actual, no es apropiado, apostilla Westerwelle.
El BCE aseguró que podría iniciar la compra de deuda soberana, si bien matizó que estas acciones quedarían aplazadas hasta septiembre, según confirmó este jueves el presidente del eurobanco, Mario Draghi, en una rueda de prensa. Una semana anterior, Draghi dejó entrever una intervención contundente: "el BCE hará todo lo que sea necesario para salvar al euro y, créanme, será suficiente".
La comparecencia de prensa del jueves de Draghi supuso una vuelta a las tendencias alcistas de la prima de riesgo y una caída de los índices en la Bolsa tras varios días de bonanza. Así, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha certificado que no tomará una decisión firme acerca de un segundo rescate financiero hasta que el BCE consolide una posición sobre la compra de deuda y el rol de los fondos de rescate temporal y permanente en la crisis que acucia a Italia y a España.