Mariano Rajoy está contento con Mario Draghi, ha enviado una carta a Van Rompuy y Barroso pidiéndoles que la unión bancaria esté lista en diciembre, no tiene previsto subir las pensiones en 2013 y no ha decidido si mantendrá la ayuda de 400 euros para los parados. Éstas son las principales novedades de la rueda de prensa que el presidente del Gobierno ha dado en La Moncloa, tras la última reunión del Consejo de Ministros antes de las vacaciones.
En una comparecencia excepcional, Rajoy ha hecho balance de sus siete primeros meses al frente del Gobierno y ha defendido que "no hay otra opción" que hacer lo que está haciendo, especialmente en lo que hace referencia a la reducción del déficit: "Ya sé que es algo que no le gusta a la mayoría, pero lo hacemos porque es lo que hay que hacer. Lo grato es gastar, pero esto hoy no es posible. Éste es un paso imprescindible para ganar el futuro".
De hecho, el prolijo discurso de Rajoy ha sido un repaso general a lo realizado por el Ejecutivo en estos siete meses con un mensaje claro: se están sentando las bases de la recuperación aunque ahora no se note en la actividad económica diaria. Desde la reforma laboral a la bancaria, pasando por las cumbres europeas, el presidente ha ido desgranando las leyes, decretos e iniciativas de su gabinete.
El político gallego también ha dedicado una parte importante de su comparecencia a explicar su satisfacción por los anuncios realizados el jueves por la tarde por Mario Draghi. A pesar del desplome que los mercados sufrieron justo después de las palabras del italiano (aunque es cierto que este viernes la tendencia ha cambiado claramente), Rajoy ha dicho que "nunca había escuchado" al presidente del BCE una declaración tan clara sobre lo "inaceptable" que es la situación en los mercados de deuda: "Ayer le escuché decir que era 'inaceptable' que países dentro de una misma unión monetaria tuvieran unas primas de riesgo tan diferentes. También le escuché decir que el BCE actuará. Es muy bueno que el Gobernador del BCE esté dispuesto a intervenir. Antes nadie había escuchado eso".
De hecho, Rajoy ha obviado la exigencia de Draghi de que los estados pidan el rescate de los fondos de la UE y acepten sus condiciones, antes de que el BCE actúe. Cuando se le ha preguntado directamente sobre el tema, el presidente español ha dicho que no tomará ninguna decisión hasta que no sepa a qué se refería el italiano cuando habló de medidas "no convencionales": "Lo que quiero es conocer cuáles son esas medidas, lo que significan, lo que pretenden y si son adecuadas, y entonces a la vista de las circunstancias tomaremos una u otra decisión".
Sobre este tema, Rajoy ha anunciado que ha enviado una carta a Herman Van Rompuy y José Manuel Durao Barroso en la que les pide que se apruebe la unión bancaria, en Consejo del mes de diciembre". En su opinión, tiene que haber un "sistema único de supervisión y un sistema único de ayuda a los bancos" y tiene que estar listo antes de fin de año. Hay que recordar que ésta es la condición más importante para que el rescate de 100.000 millones que hace dos meses solicitó el Gobierno para la banca española se canalice directamente hacia las entidades sin pasar por el Estado.
En lo que respecta a las políticas de control del déficit y a nuevas medidas para el otoño, Rajoy no ha desvelado demasiado en esta comparecencia. De hecho, sólo a preguntas de los periodistas ha aceptado pronunciarse sobre dos de las cuestiones más polémicas: la posible bajada de las pensiones y la finalización del subsidio de 400 euros a los parados sin prestación de desempleo. Al respecto de la primera cuestión el presidente ha asegurado que "en estos momentos" no tiene previsto hacer nada en esta dirección: "Sería la última partida presupuestaria que yo tocaría. Con los datos que tengo en estos momentos no tengo intención de bajar las pensiones el próximo año".
En la cuestión de las ayudas a los parados, Rajoy no ha dicho ni que sí ni que no. Se ha limitado a asegurar que el Gobierno no ha decidido aún si prorrogará a partir del 15 de agosto el Plan Prepara, que contempla una ayuda de 400 euros a los desempleados que hayan agotado su prestación o el subsidio. El Plan Prepara, que sustituyó al Prodi (la ayuda de 426 euros) entró en vigor el 16 de febrero del año pasado como parte del programa de recualificación profesional para los desempleados sin prestación, con una duración de seis meses que se ha ido prorrogando hasta ahora.