La agencia de calificación crediticia Moody's considera que las últimas palabras del presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, reafirma la voluntad de la institución para "comprar tiempo" a la hora de encontrar una solución a la crisis de deuda de la eurozona, pero advierte de que la institución no puede resolver los problemas de la unión monetaria.
En su informe semanal Moody's Credit Outlook, la agencia destaca que la idea del apoyo del BCE es "fundamental" para la credibilidad de la estrategia de las autoridades europeas para resolver la crisis, "un enfoque reactivo y gradual que hace inevitables presiones periódicas".
"La voluntad del BCE para actuar de una manera que, impulsando la confianza de los inversores en los soberanos de la periferia, apoye de forma temporal el continuado acceso de estos países a los mercados de deuda representa un elemento crucial de la estrategia", asegura Moody's, quien recuerda el impacto positivo que tuvieron las dos subastas de inyección de liquidez a tres años.
Sin embargo, la agencia de calificación crediticia alerta de que el BCE no puede hacer otra cosa que comprar tiempo, ya que "sus acciones por sí solas no van a resolver la crisis de deuda".
En su opinión, la resolución de la crisis depende en última instancia de lograr "cambios fundamentales" en las posiciones presupuestarias y de deuda de los estados miembros, cambios estructurales necesarios para estimular el crecimiento y reformas institucionales en la gobernanza económica y fiscal de la zona euro. "Cada cambio tardará años en llevarse a cabo, y el apoyo del BCE será esencial para preservar el euro durante este tiempo", agrega.
Por otro lado, la agencia recuerda que la declaraciones de Draghi no incluyen ninguna "propuesta concreta" y tampoco ofrecen perspectivas "más sólidas" de que la crisis de la eurozona se vaya a resolver con rapidez. Así, añade que el momento de su anuncio es "significativo" e indica el nivel de preocupación que existe entre los políticos europeos.
"Esto reafirma nuestra opinión de que el BCE hará en última instancia todo lo que pueda para apoyar los esfuerzos de los políticos para resolver la crisis. Sin embargo, esta es una condición necesaria, pero no suficiente, para que la actual estrategia de las autoridades de la eurozona tenga éxito", insiste.
Por último, también hace referencia a los desacuerdos que existen entre algunos miembros del BCE sobre como debe actuar la institución, algo que ha afectado de forma negativa al desarrollo de las políticas de las autoridades de la zona euro y que ha contribuido significativamente a agravar la crisis.