De nuevo un despacho de la agencia Reuters, en viernes con el Consejo de Ministros ya en marcha y con un bombazo como titular: España planteó a Alemania, en la reunión de Luis de Guindos con su homólogo, un 'rescate' de 300.000 millones de euros. Pero, a diferencia de con la línea de crédito a la banca con problemas -las circunstancias fueron muy parecidas-, el Gobierno fue tajante: "Esta opción está descartada", proclamó Soraya Sáenz de Santamaría.
La portavoz del Ejecutivo no entró en debates nominativos. Simplemente se limitó a asegurar que una intervención total, al estilo de Grecia o Portugal, no se va a producir: "No es posible", expuso. Lo repitió en varias ocasiones, y en términos muy contundentes. La vicepresidenta se cuidó en negar que tal posibilidad se planteara en la reunión con el alemán Wolfgang Schäuble para ir a lo esencial, esto es, que "la opción del rescate está descartada". En paralelo, el Ministerio de Economía sí rechazó "tajante" que De Guindos hubiera discutido sobre tal extremo.
La información provocó un destacado malestar en el lado gubernamental. Otra vez, una filtración basada en "fuentes comunitarias" y que arrojaba nuevas dudas sobre la economía española, y ya no sólo referidas a su sistema financiero. Y en un momento de cierto alivio generalizado tras la insinuación del Banco Central Europeo de que comprará deuda o inyectará liquidez -decisión que se podría tomar el jueves, tras la reunión ordinaria del órgano-, y el espaldarazo público del ministro de Finanzas alemán, primero, y de la propia Merkel, con Hollande, después. La prima de riesgo, tras un momento de indecisión por las palabras del Bundesbank poniendo en duda la oportunidad de una actuación del BCE, siguió en caída libre tras el aval alemán a Draghi acercándose a la barrera de los 500 -cien puntos, ni más ni menos-, el bono español a diez años bajó del 7% -línea roja tras la cual es imposible financiarse- y la Bolsa subiendo con fuerza.
Y entonces llegó el elemento desestabilizador, en forma de teletipo de Reuters. Primero, Sáenz de Santamaría simplemente despejó la pregunta, recordando que los gobiernos español y alemán dieron cuenta de la cita de sus ministros de finanzas con un comunicado conjunto en el que urgían a cumplir con los compromisos del Consejo Europeo. "Informaron ellos mismos, tenemos de primera mano la información del contenido y a ello me remito", contestó. Pero después sí que entró de lleno en la cuestión para ser "meridianamente clara", según sus propias palabras. "No va a haber un rescate, no es una opción", añadió. El objetivo del Gobierno, en el que están destinadas todas sus presiones internacionales, es en el cumplimiento de los acuerdos alcanzados en la última cumbre de Bruselas, en pro de integración bancaria y unión bancaria. Aunque, principalmente, para desatascar el problema de la deuda de los países periféricos
Lo que dice la agencia Reuters
La agencia, basándose en una fuente comunitaria, aseguró que en la reunión que mantuvieron el martes entre Luis de Guindos y Wolfgang Schäuble, España admitió por primera vez que podría necesitar un rescate total de la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional por importe de 300.000 millones de euros si sus costes de financiación se mantienen en niveles insostenibles, informa Libre Mercado.
De ser cierta esta información, De Guindos habría debatido esta posibilidad con su homólogo alemán, en una jornada en la que el interés del bono español a diez años superaba el 7,6% y la prima de riesgo rondaba los 650 puntos. Según esta fuente, en caso de que sea necesario este dinero se sumaría a los 100.00 millones de euros ya comprometidos para reforzar el sector bancario español.
Sin embargo, Schäuble habría dicho a De Guindos que su país no estaba dispuesto a considerar un rescate total antes de que el Mecanismo Europeo de Estabilidad (Mede) entre en funcionamiento a finales de este año. "De Guindos habló de alrededor de 300.000 millones de euros para un programa de ayuda total, pero Alemania no se sentía cómoda con la idea de un rescate ahora", según esta fuente de Reuters.
Esta información, a lo que sumar las negativas previsiones del FMI -augura que el PIB español caerá mucho más de lo previsto en 2013-, pinchó el globo de la tranquilidad, consecuencia de las palabras de Draghi, para recordar al Gobierno que la situación sigue siendo límite. Por ello no cesa la ofensiva internacional, aseguran: Rajoy busca dar solución a la crisis de deuda, y no descarta nada.