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Pablo Molina

Cataluña nos hace el favor de aceptarnos su rescate

Frente a Valencia y Murcia, en el caso catalán parece como si el gobierno de Convergencia y Unión nos estuviera haciendo al resto de los españoles el inmenso honor de aceptar nuestro dinero para seguir gastando como hasta ahora.

Tras la solicitud de acogerse al "fondo de liquidez para las comunidades autónomas" (vamos, lo que se dice un rescate) hecha pública por Valencia y Murcia, ahora es Cataluña la que se reclama su inclusión en tan selecto grupo para que el litoral mediterráneo quede completamente cubierto por la manta financiera estatal.

Hay una diferencia no obstante en las maneras utilizadas por las tres autonomías para realizar tan funesto anuncio, pues mientras que en Valencia y Murcia sus dirigentes lo hicieron marcados con gestos que reflejaban cierto tinte de derrota, en el caso catalán parece como si el gobierno de Convergencia y Unión nos estuviera haciendo al resto de los españoles el inmenso honor de aceptar nuestro dinero para seguir gastando como hasta ahora.
 
Y van los tíos y realizan la que con seguridad ha sido la declaración más importante de los últimos tiempos en la televisión estatal británica, porque con sólo ocho canales autonómicos igual el departamento de producción de TV3 no ha podido encontrar un hueco para ponerlo a la disposición de la Generalidad.
 
Tampoco parecen ser iguales las razones que han llevado a unas y a otra autonomía a pedir una ayuda extra del tesoro nacional, pues mientras en las dos primeras el argumento era disponer de fondos para atender sus deudas de inmediato vencimiento, en el caso del gobierno regional catalán su consejero ha justificado su inclusión en el pelotón de los torpes afirmando con total tranquilidad que es que no disponen de otro banco que no sea el gobierno español.
 
Vayamos por partes. El gobierno de España, cuyas resoluciones incumple flagrantemente el ejecutivo catalán cada vez que al nacionalismo le interesa, no es un banco sino simplemente eso, un gobierno, así que el dinero para cubrir la ruina de esa autonomía tendrá que pedirlo prestado Rajoy a los bancos o a las instituciones financieras dispuestas a arriesgar sus activos pagando el interés correspondiente, que en el caso de España no es que esté precisamente por los suelos sino todo lo contrario.
 
Por otro lado, ¿cómo que Cataluña no puede recurrir a otra fuente de financiación? Naturalmente que puede hacerlo, faltaría más, a través de la emisión de los bonos patrióticos instaurados por el Tripartito cuya colocación a los incautos se confía usualmente a los mediadores financieros. Otra cosa es que el bono catalán esté considerado como una auténtica basura y ni siquiera pagando intereses helénicos sea posible venderlos sin recurrir a la violencia física contra el ahorrador desprevenido.
 
Con todo ello se demuestra una vez más el virtuosismo del nacionalismo catalán para aparecer como víctima que nos hace constantes favores al resto de los contribuyentes de España, culpables de todos los males que aquejan a aquella región. Si finalmente aceptan nuestro dinero igual hasta nos exigen a todos una declaración pública dándoles las gracias por el detalle de habernos vaciado la cartera. En estas historias del trinque al charnego, los hombres de Artur Mas siempre son la Ramoneta. Qué tíos.
 

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