Hace tiempo que las reuniones de Mariano Rajoy con sus barones regionales dejaron de ser una balsa de aceite. Tanto como el periodo que lleva al frente del Gobierno de España, desde donde ha reclamado a todas las comunidades autónomas un estricto cumplimiento del déficit público -del 1,5% para el año el curso- provocando duros planes de ajuste hasta el punto de que las primeras en decir basta y pedir ayuda al Estado han sido precisamente dos de las suyas: Comunidad Valenciana -antaño buque insignia y ejemplo de crecimiento- y la Región de Murcia -tradicional bastión popular-.
Prácticamente nadie se fía de que las comunidades puedan cumplir. No lo hacen desde las instituciones europeas, y así se lo han hecho llegar en no pocas ocasiones al jefe del Ejecutivo. De hecho, admiten en Moncloa, las ven "parte del problema". "Consideran que son un pozo sin fondo, el origen del problema junto al sistema financiero", exponen. La diferencia es que ya existe una línea de crédito a las entidades enfermas, como medicina contra la incertidumbre, pero no en el caso de las autonomías. Más bien al contrario, las señales que se siguen enviando son muy negativas; algunas llamando literalmente a la insurrección contra Madrid y otras protestando porque no se relaje el compromiso de déficit, una vez Bruselas ha ablandado sus exigencias a Rajoy.
Rajoy está especialmente preocupado por lo mucho que las comunidades tienen de "polvorín", según define su entorno. Y más después de que el mensaje de unidad del PP -que salvo muy contadas excepciones, como la denominada guerra del agua- se ha logrado mantener saltara por los aires en el último Consejo de Política Fiscal y Financiera. A su juicio, no se puede volver a repetir. "No podemos permitirnos brechas. La posición de las CCAA del PP tiene que ser la misma. Tiene que ser un frente común", se dice en Génova.
Ésa será una de las ideas claves que les transmitirá el presidente, en un despacho extraordinario convocado en la sede nacional el lunes 30 de julio. "El compromiso es mantener un compromiso. Estamos juntos y vamos juntos, primero en nuestra casa y después en España. Hay que hablar, coordinarse, para salir de la crisis. Y, a partir de ahí, tomar las decisiones que correspondan", expuso Alonso Alonso, portavoz del Grupo Popular. Será una reunión a puerta cerrada. En la última, el catorce de abril, ya saltaron chispas. Entonces, los líderes se comprometieron por escrito a cumplir con el difícil del 1,5%. A cambio, Rajoy habló de "reordenar" el modelo, pero en ningún caso a ceder competencias al Estado, como piden cada vez más voces, como el fiscal general del Estado, Eduardo Torres Dulce.
También se creó un sistema de prioridades para eliminar todo lo superfluo. Pero hoy parece papel mojado y la situación, admiten, es extrema. Rajoy les instará a "hacer más" para llegar a lo comprometido, a apretarse más el cinturón. Así lo confirman las fuentes consultadas, de uno y otro lado. Si bien, los barones también darán su opinión, lo que augura una intensa negociación. El objetivo del presidente es que todos salgan diciendo que van a cumplir sí o sí, sin más ingredientes.
Los líderes consultados pondrán la mano en el fuego en este cometido, pero no se callarán. "Tendremos que hacer malabarismos", admiten en la Comunidad de Madrid, si bien confirman que Esperanza Aguirre dirá "sí" al objetivo del 1,5%. También Castilla-La Mancha, que recibió la herencia más podrida de todas y que está acometiendo un paquete de reformas muy duro y que está levantando a muchos ciudadanos.
Aumento de las horas de los trabajadores públicos, reducción del número de liberados sindicales, reducción de dietas y sueldos, menos subvenciones... la tijera ha afectado a todos las áreas, y podrían seguir llegando medidas. "Hemos tocado hueso", le dijo un consejero recientemente a María Dolores de Cospedal. Ella contestó: "Hay que seguir rascando". Por ejemplo, en la racionalización del sector público, con la extinción y liquidación de la mayoría de empresas y la fusión de otras tantas. La presidenta dijo este mismo lunes que, en principio, no será necesario pedir el rescate.
Sin embargo, hay otras baronías que ya estudian abonarse a la ayuda. Por ejemplo, Castilla y León. "Estamos con la soga al cuello, a punto de ahogarnos. Ya no podemos más y tenemos riesgo real de perder el poder en algunas regiones", en voz de uno de los afectados. Preguntado por este diario, Alonso explicó que ha sido el propio Estado el que ha creado este mecanismo para asistir a las comunidades autónomas, por lo que no es ningún delito pedir dinero del fondo de rescate. Pero, a renglón seguido, llamó a reducir más y más porque el autonómico "es un modelo que no podemos sostener, que no es sostenible".
En ello hará hincapié el presidente; en que hay que cumplir, con o sin ayuda. Aunque dejando claro que el mayor esfuerzo tiene que venir de las comunidades. "España no puede fallar en el cumplimiento del déficit, no lo vamos a permitir", se asegura desde el ministerio de Hacienda, acogiéndose a la Ley de Estabilidad Presupuestaria. Y ésta permite desde el envío de una delegación de expertos para comprobar las cuentas a multas, pasando como última opción por la intervención. "Lo haremos si es necesario, lo más importante ahora es la certidumbre como país ante la UE", se argumentó.
Con la fuerza de todas las CCAA del PP, el mapa autonómico es casi en exclusiva azul, Rajoy cree que podrá plantar cara con más cimientos al resto. En especial a Cataluña -última en pedir la ayuda- y Andalucía. Al presidente andaluz le recibe, en la Moncloa, justo el mismo día que cita a sus barones. A José Antonio Griñán le dirá que entiende sus dificultades, pero que la regla es igual para todos: hay que cumplir. "Y si no, se las verá con Montoro", ironizan en Moncloa.