El subgobernador del Banco de España, Fernando Restoy, ha pedido al Gobierno más reformas y ajustes, "en la misma línea de los adoptados hace unos días", para calmar a los mercados después de que la prima de riesgo española haya alcanzado los 630 puntos básicos.
"Lo que está claro es que ahora hace falta algo más para restaurar la tranquilidad en los mercados", ha afirmado Restoy, quien también ha señalado la "necesidad" de mecanismos "que fortalezcan la unión monetaria europea".
En cuanto a la posibilidad de que los mercados estén solicitando el rescate total de España, el subgobernador ha pedido "no especular con qué quieren o no los mercados", y ha destacado que, en este momento, "están mostrando su intranquilidad respecto a la situación española y europea, algo que es evidente observando la volatilidad de las cotizaciones y la elevada prima de riesgo".
Tras su intervención en la inauguración de un seminario de la Fundación Ramón Areces sobre la reconfiguración del sector bancario, el dirigente del supervisor nacional ha mostrado su respeto hacia la decisión del Banco Central Europeo (BCE) de no comprar deuda soberana, "ya que el Banco de España es parte del Eurosistema y tiene que ser respetuoso con las decisiones de sus órganos colegiados".
No obstante, Restoy ha reconocido que los "problemas" de las primas de riesgo de España e Italia "no son solo de sus países, pues los mercados están mostrando su inquietud con la situación de toda Europa". Además, considera que en la resolución de la situación "distintos actores deben asumir su responsabilidad".
Por otro lado, el subgobernador se ha referido a la posible liquidación de entidades financieras no viables que sugirió el gobernador del organismo, Luis Linde, la pasada semana. Según Restoy, "hay un problema con el término liquidación, pues es una cosa u otra dependiendo de quién lo diga y cuándo lo diga".
Para el subgobernador, cuando el Banco de España habla de liquidación se refiere al procedimiento concursal de una entidad de crédito, "que es algo que ha ocurrido muy pocas veces en la historia española". No obstante, ha subrayado que esa posibilidad "no está actualmente en la hoja de ruta del país".
Creación de una entidad para gestionar activos tóxicos
Durante su discurso en la presentación del seminario de la Fundación Ramón Areces, Fernando Restoy ha reconocido que el menorándum de entendimiento que el Gobierno español firmó la pasada semana con las autoridades europeas para el rescate del sistema bancario incluye el requerimiento de crear "una compañía de gestión de activos que implique la segregación completa de los activos problemáticos de las entidades que necesiten asistencia financiera".
El subgobernador del Banco de España ha explicado que esta nueva entidad tendrá capital público y privado y emitirá, "para la financiación de sus compras de activos, instrumentos de deuda que contarán con la garantía del Estado".
Según el organismo, esta segregación de activos problemáticos, "como los ligados a la promoción inmobiliaria, permitirá un saneamiento de los bancos que requieran apoyo público". Asimismo, Restoy ha avanzado que estas entidades también tendrán que diseñar planes de reestructuración "que tendrán que satisfacer algunas condiciones específicas", y repartir la carga del rescate "entre sus propietarios y el sector público".
Igualmente, el subgobernador ha señalado que el memorándum plantea "el reforzamiento de la independencia operacional del Banco de España, aumentando sus poderes en materia de sanciones, concesión de licencias bancarias y emisión de directrices e interpretaciones vinculantes".
En este sentido, Restoy ha asegurado que el supervisor "se ha puesto ya manos a la obra para cumplir en tiempo y forma los compromisos que asume directamente con el Ministerio de Economía y Competitividad en el desarrollo de todas las tareas que forman parte de su área de competencia".
Por último, ha mostrado su confianza en que las reformas iniciadas en el sector bancario "contribuirán, con toda seguridad, a reforzar el conjunto del sistema financiero español", aunque ha admitido que el trabajo que hay por delante "es de gran envergadura".