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García Linera, el Estado, y el capital

La idea central es la maldad de la propiedad del capital. No se atreve el vicepresidente a decir que hay que acabar con ella. No lo dice, pero el Gobierno expropiador del compañero Morales lo hace, paso a paso.

flagusti dijo el día 13 de Julio de 2012 a las 22:05:

"la idea central es la maldad de la propiedad del capital".
¿Acaso es falsa esa idea rojobolchevique?. Es cierto el PCCC, es decir, el Partido Comunista Chino la ha refinado y reelaborado con más base teórica, aunque incurra en alguna contradicción, ésta es irrelavente. Ya Mao, el Gran Timonel, indicó que la contradicción está la esencia de la sociedad.
DR, seguro que no leyó a Mao. Y ahora cántenos como hace con Herrera un canción de esas que comenta Naranjo

Amagi24 dijo el día 11 de Julio de 2012 a las 19:20:

Sr. COPELAND, agradezco su réplica, aunque critica precisamente aquello en lo que estamos más de acuerdo. Modularé el razonamiento, más liberal y menos único. Mi aportación, lejos de ser auto-referencial (se es más libre en la duda que en la certeza) se centra en la identidad “la propiedad privada es la libertad”; evidentemente la propiedad privada es necesaria para el desarrollo de la libertad económica pero no creo que la libertad en un sentido amplio se restrinja sólo a la propiedad, esto es lo que trataba de comentar (hay algunas cosas que si son privadas no nos garantizan más libertad).

Estoy de acuerdo con Hayek cuando dice que la palabra libertad ha sido de las más manoseadas, hasta el punto de convertirse en un concepto sin precisión, capaz de describir un fenómeno como su opuesto. Pero Hayek identifica la libertad individual con la libertad económica y toda regulación la entiende contra la libertad individual. Usted dice acertadamente que para Hayek la libertad de los individuos exige libertad económica. Los liberales clásicos pensaban que la libertad individual era la que permitía a los individuos el ejercicio de su libertad económica y su participación en el mercado, Hayek revierte ese pensamiento y considera que es el propio mercado el que permite la libertad de los individuos. La libertad no sería un fin en sí mismo sino que sería el instrumento para el desarrollo del mercado, el ”locus verdadero” de la libertad. Así, el mercado crearía la libertad individual y no al revés; la libertad no sería un anhelo del sentimiento o una aspiración de la razón humana sino un proceso de la evolución histórica impersonal culminada en “la gran sociedad”. Hay mucho economicismo en esas ideas.

Si menciono a Berlin es porque, como antes Weber, percibe con agudeza que existe una contradicción entre, digamos, lo formal y lo sustancial; de este modo ideales ilustrados como libertad, igualdad o fraternidad pueden entrar en conflicto entre sí o incluso la libertad en los dos conceptos (Berlin) ya sea la negativa (ausencia de coacción) o positiva (que pondría la seguridad económica como condición para la libertad) que podrían ser aprovechadas (ambas) para justificar totalitarismos. Yo no entro en cuestiones formales (toda Ley que determine los medios que pueden utilizarse para conseguir ciertos fines restringe algo la libertad individual) ni opongo libertad e igualdad, justicia, etc. sino que, por el contrario, comparto mi interrogación sobre las relaciones que existen entre dichos conceptos más allá de identificar exclusivamente la libertad con los derechos de propiedad.

Saludos.

COPELAND dijo el día 10 de Julio de 2012 a las 13:34:

Sr. amagi24, si me lo permite, deliza usted en su diatriba antiliberal una serie de falacias propias del pensamiento único. Veamos.

Dice usted que el pensamiento liberal de Hayek reduce la libertad a un economicismo y luego mete en el saco a Berlin, los Friedman, etc.. Si usted lee a Hayek verá que no sólo no reduce la libertad a una cuestión económica sino que precisamente es al contrario: la libertad de los individuos exige libertad económica, es un presupuesto de la libertad de los individuos. Es curioso que los liberticidas acusen a los liberales de reduccionismo economicista cuando son ellos los que niegan la libertad de quienes según ellos, nada tienen. Confunden libertad con medios económicos y con la ausencia de un marco institucional que permita que la germinación y crecimiento de la semilla de la libertad.

¿Por qué contrapone usted libertad a justicia? ¿Acaso hay justicia donde no hay libertad? Esto debería usted explicarlo.

Lo mismo respecto de la igualdad. ¿Es toda igualdad justa? ¿Acaso la libertad se contrapone a la igualdad ¿Es más justo el socialismo que a todos iguala por la miseria que el liberalismo? ¿Qué tiene de malo o injusto la igualdad de actuación de cada uno conforme a sus deseos y capacidades sin más límites que los derechos de los demás?

Y ya para remate, el odio a la propiedad privada. Sin duda a la de los demás. Es el conocido truco de la bondad del socialismo: Entre lo mío y lo que me toque del reparto de lo de los demás ...

loboe dijo el día 10 de Julio de 2012 a las 09:02:

Desde los albores de la humanidad y hasta épocas muy recientes, salvando contadísimas excepciones, el hombre ha arrastrado una mísera existencia sobre un planeta pletórico de las mal llamada "riquezas naturales", que ni son riquezas, ni son naturales sin la mediación del hombre. Pero la cuestión no es esa, sino el cómo se alcanza el máximo bienestar para los más, y en este sentido ya está todo inventado con permiso de toda la caterva de filósofos que son y han sido, pero que entre todos, hicieron menos por la humanidad que el humilde agricultor que hizo germinar una sola espiga de trigo.

Salu2.

turgot dijo el día 9 de Julio de 2012 a las 21:18:

Sr.Braum, yo creo que proviene de una creencia muy extendida, particularmente entre muchos filósofos e "intelectuales", que es el famoso "dogma de Montaigne" que vd. conoce perfectamente; de ahí se pasa a la fantasia Budista del óptimo paretiano y luego a la redistribución equitativa de la renta para que los epígonos de Montaigne no se solivianten

Amagi24 dijo el día 9 de Julio de 2012 a las 19:16:

Dice el artículo que “el odio al capital es en realidad el odio a la propiedad privada, y, en consecuencia, el odio a la libertad” lo que plantea un curioso silogismo: el odio al capital es el odio a la propiedad privada, la propiedad privada es la libertad, por tanto, el odio al capital es el odio a la libertad.

La propiedad privada es la libertad, pero, ¿es la libertad sólo la propiedad privada? ¿Se deriva toda la libertad humana del ámbito económico? ¿No hay ninguna conexión entre libertad y otros conceptos liberales como justicia e igualdad? El artículo parece definir la libertad por lo que no es, es decir, la falta de libertad es la “coacción del estado” a través de sus “redistribuciones forzadas lesivas para la justicia”. Estas “redistribuciones forzadas” (se supone que se refiere a los impuestos, sin distinción de fines) no siempre acaban con la prosperidad ya que “todo lo que sabemos de la teoría y la práctica” no podría explicar la llamada edad de oro del capitalismo que coincidió con una importante intervención social de los estados occidentales en la economía.

Lo interesante es la interpretación economicista de libertad como ausencia de “coacción del estado” (lo que Hayek identifica con el propio orden abstracto e impersonal del mercado anarquista-cataláctico, todo un regalo de la evolución histórica). Esto es lo que Isaiah Berlin llama “libertad negativa” frente a la “libertad positiva” que está basada en la igualdad de oportunidades y que trataría de responder a lo siguiente: ¿es posible hablar de libertad como ausencia de “coacción del estado” a las personas que padecen pobreza, enfermedad o exclusión? El matrimonio Friedman identificaba la libertad como “libertad de elegir”, pero ¿es posible hablar de libertad como elección a las personas que no tienen oportunidades de elección? En los países desarrollados estas preguntas pueden resultar retóricas hoy pero supongo que no lo son para los (a menudo equivocados) gobernantes de países atrasados económicamente como Bolivia, con grandes riquezas naturales pero con importantes bolsas de pobreza.

Saludos.

newbary dijo el día 9 de Julio de 2012 a las 14:43:


Fino analista el señor Linera, es mejor que las empresas sean estatales porque entonces no capitalizan sus ganancias sino que las reparten cual maná entre los ciudadanos. Solo hay un pequeño problema y es que los servicios que esas empresas estatales prestan a esos mismos ciudadanos suelen ser de mala calidad y muy caros, con los cual las plusvalías que reparten en realidad habria que llamarlas minusvalias.

loboe dijo el día 9 de Julio de 2012 a las 09:43:

D. Carlos:

¿De donde ha sacado usted que un señor con una o dos carreras universitarias, o incluso unas oposiciones al Registro, no puede ser un perfecto imbécil?

Salu2.

paserifo dijo el día 9 de Julio de 2012 a las 06:56:

El capital es el mal. La propiedad es el mal. Luego la propiedad de capital es el mal al cuadrado. Aproximadamente.

Hablando de males, no conviene usar la wikipedia en español para nada. Es un zoco de ignorantes, totalitarios y tontos útiles. Es mucho mejor la wikipedia en inglés, pero no para cuestiones que tengan que ver con política, historia o debates públicos de moda. Las wikipedias sólo deben usarse como referencia de asuntos científicos sobre los que sea difícil realizar manipulaciones políticas. Y, entre todas las wikipedias, la angloescrita y la germanoescrita son las mejores. Pero, insisto, sólo para eso. Y, aun así, hay que cogerlo todo con pinzas.

Yendo al tema que comenta don Carlos, diré que me llama la atención la doble moral que manifiesta el señor García Linera. Los socialimos, ent casi todas sus variantes, colores y formas, dice que el beneficio que obtienen los empresarios se debe a la plusvalía (recibir más que lo que cuesta el salario del trabajador), es decri, a base de explotar a sus contratados, y eso es, obviamente, malo. Sin embargo, cuando el Estado obtiene plusvalía a base de explotar a todos los ciudadanos, que no han firmado ningún contrato con el Estado ni tienen muchas posibilidades de salir de él, eso no es malo, sino bueno, porque la "riqueza" generada se devuelve y se reparte entre toda la sociedad. Estaría bien tener una demostración empírica de que ese reparto es equitativo, o, si es ponderado, según qué criterio se reparte, y, desde el punto de vista económico, si esto es realmente mejor para la sociedad que la acumulación de capital por parte de algunos individuos concretos. ¿No será que lo del reparto equitativo es realmente una máscara para mantener para siempre intalterados los beneficios de individuos concretos?